Cuando la justicia europea termine de desmontar los innumerables abusos hipotecarios, si le queda tiempo y fuerzas puede ponerse con otros abusos que también son typical spanish. Qué se yo, las cláusulas abusivas que contiene el contrato que firmaste con la compañía eléctrica, o las no menos abusivas cláusulas del contrato laboral que te hicieron en navidad.
Este jueves el Tribunal de Justicia Europeo volvió a sacudirle una sentencia al tinglado hipotecario. Con su esotérica prosa judicial vino a decir lo mismo que un puñado de sentencias anteriores, y lo mismo que llevan años denunciando los afectados: que la legislación hipotecaria española juega a favor de los bancos y deja desprotegidas a las familias.
Habríamos acabado antes cambiando la ley y haciendo un plan de rescate para las familias; pero como el Gobierno tiene cosas más importantes, ha de venir la justicia a su ritmo paquidérmico. A base de anular cláusula a cláusula, del contrato que firmaste al comprar la casa no va a quedar ni la firma. La última ayer: una sentencia que permite a los jueces estudiar todas las cláusulas y paralizar desahucios, y que según la PAH abre la puerta a revisar todos los desahucios.
Como decía al principio, cuando los jueces europeos acaben de revisar las hipotecas, podrían ponerse con la legislación laboral. Porque si de abusos hablamos, el mercado de trabajo español va sobrado. Ayer la EPA volvió a confirmar que el trabajo con derechos está siendo sustituido por precariedad, que sirve para presumir de cifras pero no para llegar a fin de mes.
Como en esto tampoco podemos contar con el Gobierno, habrá que esperar a que dentro de unos años la justicia europea nos confirme lo que ya sabemos: que igual que cuando suscribías una hipoteca y entregabas tu alma al director del banco, ahora cuando firmas un contrato de trabajo quedas a merced de la empresa, que puede abusar de la temporalidad, el tiempo parcial, los salarios mínimos, las horas extra y los cambios de jornada. Y todo perfectamente legal. Tan legal como una cláusula suelo hasta hace dos días.
Habrá que esperar a que el tribunal de Luxemburgo diga un año de estos que los contratos por horas son un abuso, o que se nos está yendo la mano con los falsos autónomos, o que lo de hacerte un contrato parcial para luego hincharte a hacer horas extra no es muy ejemplar.
Hace unos meses ya soltó una sentencia sobre la indemnización de despido a los interinos, pero la respuesta del Gobierno fue taponar la herida con una comisión de expertos que todavía sigue reunida, y que parece que tampoco concluirá nada.
Podemos esperar sentados a que una sentencia nos dé la razón dentro de unos años, o podemos aplicar a los abusos laborales el mismo método que muchos afectados han aplicado a los abusos hipotecarios: el método PAH, unir fuerzas para defender tus derechos.