No sé si te has enterado de que este fin de semana se ha celebrado en Alemania la 60ª Conferencia de Seguridad de Múnich, reunión anual conocida como “el Davos de la defensa” y en la que participan mandatarios de todo el planeta. El lema de este año, atento, ha sido “Construir la paz a través del diálogo”, y en ella se ha hablado mucho de la guerra de Ucrania, que cumplirá dos años esta semana.
En la conferencia que tenía por lema “Construir la paz a través del diálogo”, el presidente Zelenski pidió más armas para evitar el “déficit artificial de armamento”, sobre todo munición y misiles de largo alcance; el secretario general de la OTAN reiteró la necesidad de aumentar la producción armamentística en Europa para entregar más material a Ucrania; y la presidenta de la Comisión Europa, von der Leyen, dijo que la prioridad en defensa para Europa será “gastar más y gastar mejor”, mensaje secundado por Borrell: “hay que producir más y ayudar más a Ucrania”.
En vísperas de la conferencia celebrada bajo el lema “Construir la paz a través del diálogo”, los ministros de Defensa de la OTAN se reunieron un día antes y anunciaron nuevos compromisos de armamento, entre ellos el envío de un millón de drones a Ucrania, además de la creación de un centro de entrenamiento para sus tropas. Se hizo público que los países europeos miembros de la OTAN han aumentado este año su gasto en defensa hasta niveles récord, 354.000 millones de euros.
Justo antes de la conferencia celebrada bajo el lema “Construir la paz a través del diálogo”, se reunió por videoconferencia el llamado “grupo de contacto para la defensa de Ucrania”, donde también hubo anuncios de nuevos envíos de armamento. La ministra española, Robles, pidió que la industria militar europea suministre directamente a Ucrania, por estar exhaustos los arsenales europeos tras dos años enviando armas; y de paso anunció la inminente salida desde España de nuevos vehículos TOA, además de materiales para defensa antiaérea, operaciones navales y aire-aire.
En las reuniones previas a esa conferencia celebrada bajo el lema “Construir la paz a través del diálogo”, varios países europeos anunciaron una partida extra de ayuda militar a Ucrania sobre lo ya acordado previamente: Francia aportará 3.000 millones este año, y Alemania otros 1.100 millones a sumar a los 7.100 ya comprometidos este año, que incluyen 36 vehículos blindados, 120.000 proyectiles y nuevas remesas de misiles. Esperan asegurar así el suministro en tanto no se desbloquee el paquete estadounidense de otros 60.000 millones de dólares para armas a Ucrania, mientras se espera la próxima llegada de aviones de combate F-16.
En la semana en que se celebraba la conferencia bajo el lema “Construir la paz a través del diálogo”, supimos que la Unión Europea se compromete a aumentar la producción para cumplir la promesa de entregar un millón de proyectiles antes de marzo, y el mayor fabricante de armas alemán, Rheinmetall, anunció que aumentará su capacidad de fabricación hasta 700.000 proyectiles al año, diez veces más que antes del inicio de la guerra.
Y en esta misma semana marcada por la conferencia que llevaba por lema “Construir la paz a través del diálogo”, hemos sabido que la reconstrucción de Ucrania costará 486.000 millones de dólares en la próxima década, y que esa cantidad se va a seguir incrementando en 200 millones cada día que continúe la guerra.
No sé si te he dicho ya que el lema de la conferencia de Múnich era “Construir la paz a través del diálogo”, o algo así.