No+No = Sí+Sí

A falta de ver cómo se concreta el anuncio de ayer, por ahora la única consulta que ha puesto en marcha Cataluña es la que dirige al presidente Rajoy, y cuya formulación es: “¿Autoriza usted que Cataluña convoque una consulta el 9 de noviembre? En caso de respuesta negativa, ¿está dispuesto a dialogar para encontrar una vía legal de celebrar esa consulta?”

A las dos preguntas contestó ayer Rajoy sin titubeos: No y No. “Les garantizo que esta consulta no se va a celebrar porque es inconstitucional” y “No hay nada que dialogar”. Y todavía añadió un tercer No, aunque nadie le había preguntado: “No puedo, y además no quiero”.

Pero si Rajoy insiste en el “No+No”, todo lo que conseguirá es un “Sí+Sí” en el momento en que la consulta se produzca. Y háganme caso: se acabará produciendo. Tal vez no el 9 de noviembre de 2014, si la frenan mediante el Constitucional, el artículo 155 o la Guardia Civil. Pero tarde o temprano los catalanes ejercerán formalmente un derecho a decidir que en la práctica ya llevan un tiempo ejerciendo por la vía de los hechos.

A ver si nos damos cuenta de que el proceso iniciado en Cataluña va muy en serio. Llevamos dos años diciendo que no iba a ocurrir lo que al final acaba ocurriendo, esperando que en el último momento siempre se darán la vuelta, se lo pensarán mejor, buscarán un nuevo pacto de financiación, y aquí estamos: los partidos que representan a la mayoría de los catalanes, desde la derecha a la izquierda; los partidos que llevaban en su programa electoral de forma inequívoca la convocatoria de una consulta, han acabado convocándola. ¿Nos vamos a pasar los próximos once meses repitiendo que la consulta no se celebrará, que CiU se rajará en el último momento, que si la cortina de humo y la oligarquía catalana y patatín patatán, hasta que nos demos de bruces con las urnas? Porque insisto: se acabará celebrando, sea en 2014 o en 2114.

Como decía, cuando ese día llegue, el “No+No” de España puede provocar un masivo “Sí+Sí”.

El primer “Sí”, en respuesta al “¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?”, seguirá creciendo cuantos más “No” lleguen desde el gobierno central, el PP y el PSOE. El soberanismo no ha dejado de ganar apoyos en los últimos años, en parte por la fuerza del proceso político y social en marcha, pero también, en no poca medida, gracias a la fábrica españolista de independentistas, que lleva tiempo funcionando a pleno rendimiento, y a la insistencia de los “constitucionalistas” en asegurar que no hay vida más allá de esta constitución moribunda y de este sistema en descomposición.

El segundo “Sí”, en respuesta al “En caso de respuesta afirmativa, ¿quiere que Cataluña sea un estado independiente?”, también se alimenta de los “No” españoles. Si a día de hoy podemos pensar que en la primera pregunta ganaría el “Sí” de forma amplia, pero no está tan claro el resultado en la segunda, de aquí al día de la consulta (sea en la fecha que sea) ese segundo voto afirmativo puede seguir creciendo a golpe de “No, no y no”.

Para muchos catalanes, los que no son independentistas convencidos, la decisión de esa segunda respuesta depende de las posibilidades que otorguen a otras formas de relación en España: federal, confederal o lo que sea. Y por ahora, la actitud del PP y del PSOE, y lo sucedido con el último Estatut, hacen pensar a quienes querrían una solución federal o confederal que, siendo realistas, en esta España no hay ninguna posibilidad de ir más allá del estado de las autonomías. Y cuanto más claro parezca que no hay tercera vía posible, más serán los que se sumen a la opción del estado independiente.

El gobierno de Rajoy, el PP y el PSOE tienen 332 días para convencer con argumentos a los catalanes de que voten “No”, o para que al menos voten “Sí+No”. Ya han perdido un día, y si la argumentación va a continuar en la línea de lo visto ayer, den por seguro que gana el “Sí+Sí”.

Por mi parte, lo tengo claro: preguntar a los ciudadanos no puede nunca ser antidemocrático. Y si es inconstitucional, otro motivo para cambiar esta constitución.