Corresponsal del futuro

12 de mayo de 2021 21:58 h

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Soy de una generación que creció con la radio, pero llegó pelín tarde al podcast. O muy temprano, según se vea. El caso es que mi educación sentimental tuvo todo que ver con las baladas de Luis Miguel y mi educación intelectual ha consistido básicamente en intentar desactivar todo eso que me entró por las orejas cuando era adolescente. Será por eso que he tardado en engancharme al formato podcast, por desconfianza. 

De un tiempo a esta parte, sin embargo, muchos podcasts se han vuelto tan interesantes como algunos libros y tan espectaculares como algunas series, pero tienen la enorme ventaja de que puedes escucharte un capítulo mientras fríes el pollo o pasas la aspiradora o, en un acto de temeridad o simple procrastinación, escribes tu novela. Además, como en casi todos los productos culturales, soy especialmente aficionada a la truculencia, criminal, política, erótica. Pero a veces ocurre que dejo el camino por coger la vereda, quiero decir, que salgo de mi zona de confort y me adentro en territorio inexplorado. 

Escuché el primer capítulo de Solaris, ensayos sonoros, el podcast de mi amigo Jorge Carrión, con una ceja levantada. Ella, la contraparte femenina de Carrión en este viaje por el conocimiento contemporáneo, ni siquiera era una mujer; el personaje era un algoritmo que, a la manera de Alexa o Siri, proveía al autor de información relevante con la entonación característica de una “asistente virtual”. Una voz guionizada por un tío, además. Alerta. Hay, sin embargo, un guiño importante con el que Carrión explica el uso de este recurso y lo justifica: mientras que él se presenta como “corresponsal en el presente”, Ella es la “corresponsal en el futuro” y, por tanto, la poseedora de las claves que nos harán no solo entender, sino evolucionar. Un gesto que dialoga, a lo largo de todos los episodios, con el tratamiento de los temas, siempre atento a las últimas discusiones sobre igualdad y disidencia. De hecho, entre la primera y segunda temporada, la actriz que interpreta a Ella ha cambiado. Pero la principal novedad es el uso del lenguaje inclusivo: “Bienvenides”, dice Ella ahora. Y habla de un nosotres desde su futuro cercano. El prólogo de una mayor inclusión, como ya ha manifestado Carrión en otros medios. 

Así que, dos temporadas después, debo admitir que, más allá de su forma e incluso gracias a ella, este conjunto de ensayos, a caballo entre la divulgación científica, la creación literaria y la crítica cultural, me ha resultado divertido y pedagógico a partes iguales. En parte por los propios asuntos que se tratan –que van de la Pornografía a la Inteligencia vegetal, del Big Data al reino fungi– pero sobre todo por la dimensión poliédrica con que Carrión (y su virtualizada asistente) los abordan. Entran en juego en Solaris la literatura, la poesía, la biología, el psicoanálisis, la teoría de la comunicación, el análisis del lenguaje y un amplísimo etc. de disciplinas para los que el autor/presentador/narrador se vale de “corresponsales” en cada una de esas materias. 

No, no es la serie de Luis Miguel conectándome con los sonidos del pasado, es una fascinante experiencia sobre el porvenir.