Un liberal no es otra cosa que un fascista con dinero, un autoritario que cada vez que habla de propiedad privada, está hablando de apropiación privada de lo público. Por lo mismo, cuando un pueblo ejerce su derecho a voto y vota en mayoría a las opciones de izquierdas, está demostrando que no quiere políticas económicas donde los mercados se regulan con ayuda de la mano invisible. Para los que votamos con la zurda, el ser humano no ha dejado de ser medida de todas las cosas y, por lo tanto, el dinero no sustituye tal medida.
Sin embargo, lo que viene sucediendo en una sociedad capitalista como en la que estamos sumergidos, es que el voto cambia de rumbo y aunque tome el rumbo de la izquierda, al final se tuerce a la derecha. No sé si me explico, pero el cambio de rumbo se debe a que el imperativo económico se apropia de la buena voluntad de los votantes en democracia. Con esto quiero decir que Pedro Sánchez, por mucho que haya ganado el Gobierno, no ha ganado el poder. El poder sigue en manos del Capital.
Gracias a la inocencia de millones de personas que han puesto su voto en una urna pensando que votaban a la izquierda, la política económica de tendencia liberal se va a ver reforzada en breve, cuando el PSOE pacte con Cs. Pero antes de que esto ocurra, antes de que se realice el pacto de centro derecha, las vueltas del PSOE a la hora de emprender los acuerdos con Unidas Podemos o con los independentistas, van a ser agónicas. Así lo van a querer desde el Canal Único de Información. Un angustioso camino donde el PSOE aparecerá como un rehén de la izquierda y del independentismo.
Es la gramática vil del espectáculo político. Son las reglas de un juego sucio que nos atrapa con mentiras. Todo sea para que el electorado que la otra noche gritaba “¡Con Rivera no!, se sienta convencido de que no hay otra forma de gobernar que no sea pactando con Rivera.
El PSOE conoce bien el truco. Lo lleva aplicando desde aquellos tiempos en los que su eslogan fue: “OTAN, de entrada No” ¿Se acuerdan, verdad? Lo único que va a hacer ahora el PSOE va a ser cambiar las siglas del enunciado, de tal forma que donde ponía OTAN va a poner Cs. Tiempo al tiempo. Con todo, ojalá me confunda y me coma esta pieza, como en aquella otra ocasión que me la tuve que comer con gusto cuando Zapatero sacó a las tropas de Irak. Ojalá.