- La confirmación del ahora ministro Manuel Castells combinado con el nombramiento de Nicolás Trotta como ministro de Educación en Argentina, y la presencia de personas como Paola Villareal liderando el Sistema de Datos desde el Consejo de Ciencia y Tecnología del Gobierno de México abren posibilidades interesantes para recuperar la década perdida de la innovación digital social
Al arrancar el año, y con éste, la tercera década del siglo, tenemos nuevamente la oportunidad en Iberoamérica de colocarnos a la vanguardia tecnológica. Los astros se alinearon para darnos una segunda oportunidad de recuperar el poder de la tecnología y ponerla al servicio de las personas, al avance de los colectivos, si se da un giro visionario y se dedican recursos regionales a futuro.
Y es que el anuncio de la confirmación del ahora ministro Manuel Castells combinado con el nombramiento de Nicolás Trotta como ministro de Educación en Argentina, y la presencia de personas como Paola Villareal liderando el Sistema de Datos desde el Consejo de Ciencia y Tecnología del Gobierno de México abren posibilidades interesantes para recuperar la década perdida de la innovación digital social, de repensar el acceso al conocimiento de este siglo, en la región, y liderar una lucha necesaria y urgente. Juntos, los tres países suman más de 200 millones de habitantes y además agrupan a las mejores universidades de habla hispana. Desaprovechar esta oportunidad sería perder una oportunidad histórica.
Es el momento de una alianza de los tres gigantes académicos y culturales para ocupar la silla vacía que dejó en la región Brasil, y redefinir el futuro de los hispanohablantes en la era digital. Es momento de unir esfuerzos, coordinar, invertir y colaborar hacia el diseño y la implementación de la alternativa a los imperios tecnológicos que hoy están castigando a las democracias, depredando el planeta y extrayendo todo el valor de los datos, creatividad e ideas de poblaciones enteras.
Imaginemos un programa equivalente al de Innovación Social Digital de Horizonte 2020 con una inversión significativa y apoyo del sector público. España, México y Argentina podrían activar un ecosistema que conectara universidades, emprendimientos, creadores de contenidos, junto con un nuevo modelo de transformación digital que beneficie a la gente, y que aporte a las problemáticas locales, en lugar de monopolios tecnológicos en otra parte, colocando a la región en otra vanguardia, la descolonizadora de las tecnologías, la maximizadora del poder emancipador del conocimiento.
Los retos a los que esta alianza podría responder serían mucho más allá de simples programas de alfabetización digital, o repartir ordenadores: los tres países tienen toda la potencia, capacidad, infraestructura, estudiosos y recursos para aportar respuestas regionales sobre el futuro de la inteligencia artificial en el sector público, la gobernanza y reaprovechamiento de los datos desde el sur. También las nuevas habilidades y capacidades que se deben construir en la ciudadanía para que, en lugar de un estado de bienestar digital, de control y vigilancia, puedan mejorar la calidad de sus vidas, en tres países que ven con esperanza un giro desde lo político, que también debe traducirse desde lo tecnológico.
Las decisiones de estos nuevos liderazgos podría redefinir un destino de millones de talentos, que ahora parece capturado en la pequeña pantalla de un smartphone o partiendo a ser devorado por China o USA. Las escuelas y su digitalización dejarían de ser los laboratorios de empresas privadas y podríamos experimentar otros modelos de gobernanza de datos comunitaria. Es el momento de al menos pilotar un futuro posible para nuestros pueblos, y hacerlo en bloque desde esos tres centros tan influyentes para el resto de la región: con liderazgo y voluntad política regional.