A un lado está el gobierno griego elegido por la gente y con un programa en el que se comprometía a terminar con las políticas de austeridad que les han llevado a la ruina. Con ese programa fue votado mayoritariamente. Al otro lado están los que gobiernan, los que nos gobiernan: gobiernos, partidos políticos, poderes financieros, lobbies, bancos, empresas…Todos conjurados para que este experimento griego tan raro, (que la gente se crea con derecho a decidir) dure lo menos posible; que se acabe pronto para evitar el contagio, para que la estafa pueda seguir funcionando, que puedan seguir robando, empobreciendo, matando de hambre, de enfermedad, de frío o de desesperación, hasta que lleguen a la conclusión de que ya no les compensa y paren.
Cuando Bush invadió Irak nos echamos a la calle por millones; ¿dónde está hoy esa multitud? Pues supongo que mucha de ella está abducida por la retórica de los grandes partidos y de los medios; ambos son, especialmente los partidos, la barrera de contención de la indignación; son como iglesias. Los creyentes tienen sus ideas, pero antes de salir a la calle y rebelarse contra el señor feudal miran al partido/a la iglesia a ver qué dice.
Y, por lo general, los partidos socialistas lo que dicen es exactamente aquello que sus fieles les demandan para quedar tranquilos: discurso vacío pero que parece lleno y que sirve para calmar la indignación. Discurso placebo. Pero ¡mirad alrededor! ¿Qué están haciendo los partidos socialistas por la democracia, por Grecia? Si la mayoría de los votantes del PSOE querían que ganase Syriza, ¿cómo es ahora posible que no resuene en sus cabezas la complicidad de su partido con quienes están matando a Grecia?
¿Cómo es posible que partidos que se siguen llamando socialistas estén colaborando en la tortura a la que se está sometiendo el pueblo griego? ¿Cómo puede ningún votante socialista español no ver que el PSOE apuesta por Alemania, es decir, por los bancos, en esta guerra? Que eso lo hagan los votantes del PP es normal, pero que lo hagan votantes socialistas que se alegraron de la victoria de Syriza es señal de que vivimos en un momento de desconcierto ideológico en el que las viejas ideologías no tienen ya partido que las recoja. El viejo mundo está muriendo y el nuevo no acaba de nacer, aunque ya está en camino. Por ahora, los votantes socialistas que conozco se han puesto orejeras, repiten los mantras del partido, se preocupan de los problemas de su agrupación y por sus propias guerras internas: de lo demás ni lo oyen ni lo ven; ni quieren verlo ni oírlo.
Si abrieran los ojos se darían cuenta de que no hay un solo líder socialista que se haya mostrado dispuesto a apoyar a Grecia y a hacer causa común con ella (que sería la causa de todos y todas); si abrieran los ojos se darían cuenta de que en Europa no gobierna sólo la derecha, sino una coalición de la que forman parte estos mismos partidos socialistas a los que votan cuando llegan las elecciones; a los que votan para que hagan las políticas que ahora intenta hacer Grecia, sin que la dejen.
¿Cómo van a apoyar a Grecia los partidos socialistas si son los mismos que la están apretando? Recordemos que en Europa gobierna una gran coalición, la misma que gobierna en Alemania. Pero los votantes del PSOE hacen como que no se enteran, no quieren saber. Tampoco quieren ver los votantes socialistas que ni Hollande (en su momento esperanza de la izquierda), ni Pedro Sánchez han dicho nada sobre Grecia. Tampoco han movido un dedo que permita pensar que hay algún tipo de estrategia conjunta para hacer frente a la política de Merkel (de Merkel y los socialdemócratas).
Lo que vemos (quien quiera verlo) es exactamente lo contrario. Ayer mismo, mientras Grecia se desangra, Hollande dio un golpe de mano para liberalizar su economía. Ayer mismo los franceses vivieron su particular traición, la que vivimos aquí con Zapatero: la reforma del 135. Ayer los franceses se condenaron a ser neoliberales por ley, igual que aquí; igual que en toda Europa. ¿Cómo puede quedar un votante socialista que se crea este teatrillo? A mí, de buena fe, me resulta incomprensible. ¿Dónde está la izquierda europea, con sus partidos y sindicatos? ¿Dónde se manifiesta en contra de la austeridad, donde presiona para acabar con ella, dónde ha creado un comité de apoyo a Grecia? Y si no están en nada de eso ¿por qué cuando llegan las elecciones vuelven a decir que harán una política distinta?
No están ni van a estar porque los partidos tradicionales, la mayoría de los medios de comunicación, los sindicatos…son de los bancos y los bancos dicen a quién se pone a quién se quita y dicta también qué políticas se hacen. No hay más. Quien quiera seguir engañándose que lo haga, en Grecia está en juego la democracia, la posibilidad de que un pueblo pueda elegir qué tipo de gobierno quiere y qué políticas.
Si finalmente eso no es posible una enorme parte de culpa será de los votantes socialistas que todo este tiempo han estado a sus tonterías. Han estado pidiendo a Ángel Gabilondo, por ejemplo, que se sacrifique por ellos y se presente a las elecciones; o esa es, al menos, la interpretación que ha hecho el aparato de la voluntad de los militantes expresada no sé sabe cómo; en urnas no, desde luego. Y yo, que soy una intérprete negada de la voluntad popular, sobre todo cuando no hay urnas por medio, podría jurar que sí, que al final se va a sacrificar y ya tenemos candidato. A candidato muerto, candidato puesto.
Y ya está, hemos tenido drama y tragedia en un acto. Después, puede que incluso veamos a alguno que vaya a Ferraz a dar saltitos: “no nos falles”. Esa será la parte de la comedia. Y no, del PP no hablo porque esos van a cara descubierta.