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Los efectos transversales de la sentencia

Sílvia Claveria

El pasado lunes 14 de octubre, se hizo pública la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés. Esta institución condenó a los principales líderes independentistas a penas de entre 9 y 13 años. La sentencia ha sido considerada bastante dura, y eso puede provocar distintos efectos en diferentes ámbitos. Por una parte, jurídicos, ya que la argumentación para condenar a los independentistas por sedición implica que muchas protestas calificadas como resistencia pasiva se consideren en un futuro al mismo nivel que las protestas con la violencia activa. Diferentes expertos y magistrados ya se han encargado de desgranar estos aspectos. Sin embargo, me voy a centrar en los efectos que puede tener la sentencia en la ciudadanía en relación a la legitimidad de las instituciones.

Sánchez compareció tras la sentencia del Tribunal Supremo, explicando que el problema de la relación entre Catalunya y España quedaba zanjada, sin dejar la puerta abierta a la concesión de los indultos. Sin embargo, los ciudadanos catalanes parece que tienen otra visión en relación a la sentencia. De hecho, ya se han producido diferentes movilizaciones como respuesta.

El descontento no solo afecta negativamente a aquellos que se identifican como más cercanos al independentismo, sino a una parte amplia de la ciudadanía. Como muestra el gráfico 1, un 50% de aquellos que se sienten tan catalanes como españoles, consideran que los encausados en el juicio del procés no tuvieron un juicio justo. Esta cifra se eleva a un 94% entre aquellos que se sienten solo catalanes o más catalanes que españoles. Sorprende que un 35% de aquellos que se consideran más españoles que catalanes también crean que no se está celebrando un juicio justo.

Porcentaje de grado de acuerdo con “Los encausados están teniendo un juicio justo” en relación al juicio del procés que se estaba celebrando en el Tribunal Supremo, según identidad nacional. Catalunya, 2019.

Se puede observar la misma tendencia en el gráfico 2, donde es importante resaltar que un 80% de los votantes de Catalunya en Comú Podem, o un 40% de los votantes del PSC consideran que los encausados no han tenido un juicio justo. Menos sorprendente es que más de un 95% de los votantes independentistas (CUP, ERC y JxCat) tengan la misma percepción. En cambio, el 90% de votantes de Cs o el 78% de votantes del PP considera que sí lo están teniendo.

Porcentaje de grado de acuerdo con “Los encausados están teniendo un juicio justo” en relación al juicio del procés que se estaba celebrando en el Tribunal Supremo, según partido votado. Catalunya, 2019.

De los datos previos se desprende que el descontento con la sentencia no solo aglutina a ciudadanos que previamente se consideraban independentistas, sino que es mucho más transversal. Engloba a otros sectores de la población que, aunque no defiendan posturas independentistas, pueden haber considerado el juicio y, posteriormente, la sentencia como un mecanismo de represión desproporcionado ante los actos del 1-O y 20S .

De momento no se sabe hasta qué punto se va a producir un proceso de movilización amplio y transversal. Parece que se van a producir dos lógicas de movilización: aquellas lideradas por Tsunami Democràtic, el cual puede apostar por acciones de protesta menos transversales pero más costosas. Y, por otra parte, aquellas movilizaciones lideradas por los partidos políticos y la sociedad civil que busquen una movilización más puntual pero transversal. Sin embargo, más allá de que la población independentista se movilice, el descontento aglutinará una parte de la ciudadanía que está alejada de esas tesis, pero que no ha visto con buenos ojos el proceso judicial celebrado en el Tribunal Supremo.

La publicación de la sentencia no marca un fin de ciclo, ya que las problemáticas territoriales continúan candentes, e incluso se pueden avivar en el periodo preelectoral. Pero para abrir un nuevo ciclo antes requerirá más diálogo y más política.

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