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Quiero veros sudar

“Si mañana se celebrasen elecciones generales…”. Así nos anuncian cada nueva encuesta lectoral. “Si mañana se celebrasen…”. Pero siento decepcionaros: mañana no se celebrarán las generales. Ni pasado mañana.

Ojalá fuese tan sencillo como esperar diez o doce meses y entonces votar a favor de unos o en contra de otros. Pero no. Si queréis ganar las generales, vais a tener que sudar mucho. A chorros. Tendréis que superar una prueba de resistencia, una carrera de obstáculos y una partida de ajedrez. Las tres cosas a la vez, y el que tenga fondo, agilidad e inteligencia para superar las tres llegará primero a la meta.

Una prueba de resistencia, porque viene un larguísimo año electoral, con cuatro convocatorias ya confirmadas, que con las andaluzas serían cinco. Yo estoy ya cansado solo de pensar en tantísimos meses de primarias, programas, campaña, mítines, promesas, candidatos sonrientes, polémicas, debates, tropiezos, chistes, redes sociales ardiendo, memes por whatsapp... Por no hablar de cuatro nerviosísimas noches electorales, con las encuestas a pie de urna y la agonía del escrutinio.

Una carrera de obstáculos, porque además de correr habrá que saltar mucho y evitar tropezar. El camino estará lleno de zancadillas, resbalones y charcos donde es fácil caer. Y cada una de las elecciones será una valla a saltar, en la que puedes dejarte muchas de tus opciones para la siguiente. Mirad a los candidatos, miradlos bien, porque algunos que hoy empiezan con muchas ganas no llegarán vivos a las generales. “¿Seré yo?”.

Y una larga partida de ajedrez, que para más dificultad no la disputan esta vez dos jugadores: un endiablado ajedrez a tres o cuatro manos. Tú puedes planear la mejor estrategia para el año electoral, pero como en el ajedrez, tendrás que ir reaccionando a cada movimiento de tus rivales, y cuantos más jueguen la partida, más incertidumbre. Quizás intentes comerte al de tu derecha, y por hacerlo descuides el flanco izquierdo. Cada jugador tendrá que asumir riesgos, y sacrificar piezas si quiere coger ventaja.

La sucesión de elecciones, y de ámbitos tan diferentes, obligará a movimientos peligrosos. Si el objetivo son las generales, por el camino tendrás que retratarte varias veces. Quien gane o pierda una elección cargará con esa etiqueta para la siguiente; y si no hay mayorías suficientes, el juego de pactos te desnudará a ojos de los próximos electores, así como tus primeras semanas de gobierno u oposición. Además, lo que digas en Andalucía pesará en las catalanas, y lo que hagas en un ayuntamiento se te recordará en las generales.

Por si no bastase con cuatro o cinco elecciones para probar el fondo, la agilidad y la inteligencia, por el camino habrá muchos imprevistos: datos económicos buenos o malos, nuevos casos de corrupción, ritmos judiciales, decisiones europeas, elecciones en otros países, la amenaza del terrorismo, un repentino conflicto internacional que te obliga a posicionarte, o cualquier accidente importante que un gobernante gestione bien o mal, y otras cosas que hoy ni nos imaginamos, pero que influirán.

Entran ganas de coger palomitas, cerveza y sentarse en el sofá a disfrutar el espectáculo, ¿verdad? Pues no. No solo sudarán los políticos. También a nosotros nos tocará correr, saltar y pensar este año.

Pero tranquilos: si sobrevivimos al año electoral, nos habremos ganado unas largas vacaciones políticas, ¿verdad? Ah, no, que después queremos un proceso constituyente…

“Tenéis muchos sueños, buscáis el cambio. Pero el cambio cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor. Quiero veros sudar”.