España es una serie

28 de abril de 2024 22:06 h

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El guionista Pedro Sánchez nos ha metido a todos en una serie como el Ala Oeste, pero sin la Casa Blanca. Deambulamos unos y otros buscando nuestro papel en un maratoniano episodio de cinco días que nadie sabe bien cómo puede acabar. Nadie sabe si estamos ante el final de la temporada con suspense para lanzar la siguiente, o ante el fin definitivo de Sanchismo, la saga. Lo único seguro es que España es hoy un país donde cada uno se monta su propia serie. 

Están quienes creen protagonizar un episodio inédito de Juego de Tronos. Todo se vuelven cálculos asombrosos, despiadadas estrategias, frágiles alianzas y brutales traiciones. Les encanta. No hay ahora mismo en España gente más feliz. Lo único que lamentan realmente es no poder aplicar a los adversarios las recetas de los Lannister y hacer un poco de limpia con sangre y fuego, como en los buenos viejos tiempos. Si la referencia a Juego de Tronos les parece demasiado tópica, prueben con Shogun, que la mitad del tiempo hablan en japonés con subtítulos, pero corren con la misma alegría las vísceras y la felonía.

Están quienes se imaginan protagonizando un episodio The Good Wife -nunca mejor dicho- o Cómo Defender a un Asesino. Se les ve dispuestos a aplicar la ley las veces que haga falta y como haga falta hasta que les dé la razón y los malos -que ya se les ve que son malos, joder, que parecemos tontos y hay que andar probándolo todo siempre- acaben dando con sus huesos en la cárcel y en España vuelva a reinar el orden natural de las cosas. Sueñan salir aclamados entre togas y banderas al viento mientras las masas les vitorean. Les ponen la épica judicial, pero la mayor parte de los casos no alcanzan el nivel de un episodio medio de Juzgado de Guardia.

Están quienes creen vivir en la era dorada del periodismo y ellos son los protagonistas de un episodio interminable de The Newsroom. Su compromiso con el periodismo de investigación los lleva a no dejar un solo dossier filtrado sin publicar. La sospecha es la mejor noticia. Sembrarla es lo que deben hacer los medios. Que se defiendan los sospechosos, que investiguen ellos, que aporten ellos las pruebas que les exoneren hasta la siguiente sospecha. 

Nadie sabe qué hará el lunes Pedro Sánchez. Parece sensato anticipar que, haga lo que haga, acabaremos pronto en otras elecciones. Lo único que parece que ya casi nadie discute es que la carta iba en serio. No sería lo único que conviene reconocerle. La reflexión de Sánchez ha puesto a muchos ante su verdadera imagen en el espejo y muchos se ven más altos y guapos en el papel de su vida.