Españoles, el bipartidismo no ha muerto. Está tocado pero no hundido. Que nadie eche las campanas al vuelo. A pesar de que tiene el tronco podrido, ni siquiera el ciclón de Podemos logra arrancar de cuajo unas raíces que se hunden hasta el fondo en el suelo de los votantes de este país. Salió la esperada encuesta del CIS que dice que la formación de Pablo Iglesias es la tercera fuerza en la previsión, aunque primera en intención de voto. Es decir, primera en lo que la gente dice que va a votar, pero tercera en lo que los sociólogos piensan que realmente ocurriría si hubiera unas elecciones; a saber, que volvería a ganar el PP y el PSOE aguanta el chaparrón. Si hubiera un desastre nuclear, en este país sobrevivirían las ratas, las cucarachas y los votos del bipartidismo.
Hay votantes que no sueltan la papeleta ni aunque les pase por encima un tornado de recortes y las siete plagas bíblicas de la corrupción. Como decía El Roto, no votan, fichan. Pero también hay que reconocer que los demás partidos, a excepción de Podemos, tampoco deben de estar haciendo las cosas demasiado bien si no han logrado arrancarle esos votos al bipartidismo con la que está cayendo. Y encima ahora el viento de Podemos les arranca de las manos muchas de las papeletas que habían conseguido arrebatarles a los de arriba. El bipartidismo se está desplomando por arriba pero también por abajo, por IU y UPyD. Y en este caso la sangría es más sangrante porque ni siquiera tienen la excusa del desgaste de gobernar. Para que caiga el bipartidismo, se necesita al menos otro que lo sustituya y por ahora el bipartidismo de abajo ha fracasado en el intento.
Que me perdonen sus militantes por meterme donde no me llaman, pero como votante me permito opinar que lo que necesitan es una renovación, una “podemización”, porque parece que gran parte de la ciudadanía les ve como vieja política. La gran baza de Podemos es que no tiene pasado, la única baza que le queda a IU y UPyD es presentar futuro, es decir, dar paso a las nuevas generaciones que, indudablemente, conectan mejor con la sensibilidad actual.
En Izquierda Unida, Alberto Garzón o Tania Sánchez tienen una baza que Podemos ha demostrado esencial: son mediáticos. Aunque algunos les parezca un anatema o una frivolidad, en la era de la comunicación no es un asunto que se deba despreciar. Al partido de Rosa Díez mejor le iría sin ella y con Albert Rivera de Ciutadans. La 'lideresa' tiene maneras de vieja jefa y más pasado que futuro. Les queda poco tiempo, se está cerrando su ventana de oportunidad, si es que no se ha cerrado ya.
De ellos también depende la posibilidad de hacer caer el régimen de la Transición, a mi modo de ver, una necesidad perentoria para oxigenar este país. Hay gente que teme a Podemos pero fuera del bipartidismo no sabe a dónde ir. Muchos en estos partidos aún creen que Podemos es un fenómeno pasajero y tramposo, pero Podemos ha llegado para quedarse y no sólo por deméritos ajenos sino por méritos propios. Hay que ser humilde y aprender de ellos y tener un respeto por el criterio del número creciente de votantes que les quieren elegir. O el bipartidismo por abajo se abre, deja de regodearse en su pureza y ensimismamiento, o nos queda bipartidismo de arriba para rato.
La buena noticia es que cada vez más gente reacciona contra el abuso incuestionable, la mala es que aún no es mayoría.
Javier Gallego es director de Carne Cruda. Puedes escuchar el programa todos los martes y jueves a partir de las 12:00 en carnecruda.es carnecruda.es