Una vez más el desconcierto y el asombro recorren Europa ante la evidencia de que la condena unánime emitida por un jurado popular, declarando culpable de 34 delitos de falsificación a Donald Trump, ha tenido como único efecto inmediato el colapso de su web de donaciones, superando los 35 millones de dólares en 24 horas, además de una loca carrera de adhesiones inquebrantables por parte de compañeros de partido, rivales ayer, aspirantes hoy a ser elegidos como compañeros del candidato en la candidatura republicana. Multimillonarios, genios de las finanzas y masterminds del capitalismo de amiguetes 3.0 se han apresurado a asegurar que la multicondena tendrá en ellos el mismo efecto que el multiverso en sus vidas: ninguno.
Como si en Europa no hubiera una ola ultra llamando a las puertas de la Unión mientras le pone la alfombra roja la derecha de orden, equiparable al hoy desaparecido Partido Republicano, como si en España no estuviéramos asistiendo a una operación de islamización del presidente Sánchez o de la vicepresidenta Yolanda Díaz hasta convertirlos en comandos de Hamás, Europa y España se asombran ante la posibilidad de que un reo convicto pueda acabar en el despacho oval. No se pasmen tanto. Lo único que evita a Santiago Abascal o a Giorgia Meloni tener que proponer construir un muro en el sur es que el Mediterráneo mide más ancho que el Rio Grande y ya nos hace el trabajo sucio.
Si uno piensa que las elecciones ganadas por Joe Biden en realidad las había ganado Donald Trump pues los resultados fueron amañados, los votos fueron quemados y los poderes más oscuros de occidente se aliaron para derribar al legítimo presidente, considerar que la condena de Trump es la prueba definitiva de que Trump tiene razón sólo parece la única conclusión lógica; reforzada por el testimonio de funcionarios y lideres y gobernadores del antes llamado Partido Republicano y un imperio mediático que funciona cada día más como un gueto informativo,
Si uno cree que los fantasmas y búfalos que asaltaron el Capitolio encarnan lo mejor y más patriótico del pueblo norteamericano y deberían estar en sus casas, no en la cárcel, sentenciar que el juicio ha resultado otra conspiración contra Trump, el juez es un agente de la internacional capitalmarxista y los miembros del jurado forman una banda de pederastas, sodomitas, provacunas y blasfemos no parece ni de lejos el mayor de tus problemas con la realidad.
Lo sorprendente sería que considerasen que la condena aporta otra prueba más de que la justicia es igual para todos, quien hace trampa la paga y lucir una jeta del tamaño de la Quinta avenida no te libra porque vives en una democracia, no en un estado fascista donde, además, hay que pagar impuestos. No se engañan ni les engañan. Es una forma de ver el mundo.