Franco y las derechas

Siempre me ha sorprendido la incapacidad política que tiene el centroderecha español para desembarazarse para siempre de la figura de Franco.

Era lógico que Fraga, ministro de Información y Turismo de la dictadura no rompiera con el viejo régimen a las primeras de cambio porque además sus primeros y escasos votantes eran los nostálgicos del Caudillo.

Aznar venía de una tradición muy conservadora y su proyecto fue el de reunificar a todo el centroderecha español roto en los tiempos de UCD. Lo consiguió, pero manteniendo dentro a todos los sectores de la extrema derecha que a regañadientes habían sido empujados por Fraga para aceptar o al menos contemporizar con la democracia.

Luego vino Rajoy, el pragmático que dejó en vía muerta la ley de memoria histórica de Zapatero, pero tampoco se atrevió a derogarla a pesar del aquelarre que habían montado. Hace un año, perdida ya la mayoría absoluta, Rajoy decidió que el PP se abstuviera ante la propuesta del PSOE para sacar al fin del Valle de los Caídos al dictador. Fue una leve señal de esperanza completada por la decisión de la nueva derecha de Ciudadanos de votar con la izquierda y sacar adelante la proposición.

¿Habría llegado el momento para que 40 años después, la derecha española pasara página, aceptará sin circunloquios el golpe de estado del 36 y la dictadura y comprendiera que no puede haber un monumento a Franco?

Pues, por desgracia, parece que no. Pablo Casado, un nuevo líder del PP, nacido en democracia, con un abuelo que estuvo en la cárcel durante el franquismo parece atrapado de nuevo en ese fantasma y no parece que vaya a ser capaz de dar el paso que algún día la derecha española tendrá que dar. Y encima, Albert Rivera, temeroso de que un PP más duro a la derecha le quite votos, cambia de posición y tampoco va a apoyar el traslado.

Me niego a creer que lo hacen por miedo a Vox; el voto a los partidos de extrema derecha es y creo que seguirá siendo residual en España por mucho que cuatro franquistas hayan salido de debajo de las piedras este verano. Supongo que todo forma parte de la batalla electoral entre los dos, pero si no rectifican, van a perder una gran oportunidad para pasar página y le van a dar al gobierno del PSOE una imagen que vale su peso en oro, la de la derecha española defendiendo todavía hoy los restos de Franco.