Sólo ver lo que acaban de hacer los políticos del PP/Ciudadanos/VOX en la administración andaluza obliga a aceptar una realidad: cualquier gobierno es menos malo que eso.
Lo menos malo es lo deseable en este caso, así que no nos pongamos exquisitos y ni siquiera nos pongamos a pedir dignidad, democracia, política social o cualquier otra cosilla, pidamos un gobierno que no nos envenene.
En realidad se trata de escoger entre el franquismo descarado y militante de esta extrema derecha tripartida y el franquismo “normal”, lo de toda la vida, lo que nos educó, lo que nos envuelve, algo tan nuestro como “el parte”, como el “parte médico habitual” que antes era de Franco y ahora es de su sucesor, tan nuestro como las vacaciones a bordo del yate, antes era el Azor, luego el Bribón y ahora no me acuerdo. Tan nuestro como un toro torturado y sangrante, las procesiones fruto de la Contrarreforma contra el malvado protestantismo, los toreros, las folklóricas y el fútbol, que antes era los domingos y ahora es todos los días. Tan nuestro como “a la autoridad se le habla en castellano”. Tan nuestro como el envenenamiento por aguardiente metílico o aceite de colza desnaturalizado.
Hubo un tiempo en que unos golfos resalaos nos hicieron creer que podíamos hacernos europeos por la cara y éramos la envidia del mundo, luego fuimos aprendiendo que lo que nos quedaba era seguir siendo lo mismo que nuestros padres y abuelos, lo que nos dejaron ser aquellos militares africanos, los padres o abuelos de estos. Aquellos jueces y fiscales, los padres o abuelos de estos. Y tenemos nuestros políticos muy mucho españoles y aceptar que Pedro Sánchez al frente del Gobierno es lo menos malo dentro de la burbuja histórica del posfranquismo del que no conseguimos salir.
Es injusto cómo trata a Pablo Iglesias, el trato a Unidas Podemos, sí, pero aún así nos obligan a aceptar que queremos, aunque no lo deseemos, que gobierne Sánchez. Por otra parte tampoco Iglesias ha ganado especiales méritos, se hubiera agradecido una mínima autocrítica de su actuación hace unos años cuando Sánchez podía formar gobierno, pero lo tenían apretado sectores de su partido encabezados por aquella política que gustaba tanto en la pomada de la corte, se llamaba Susana Díaz, ¿se acuerdan? No pareció que Iglesias y UP comprendiesen la situación ni que supiesen cómo se conforma una administración como ésa en la que pretenden entrar. Y sabemos que Podemos siempre apretaría un poco aquí y allí en asuntos de recorte sociales y económicos, pero lo que está pidiendo es la vicepresidencia de este gobierno, un gobierno sometido a unos límites y un marcaje del IBEX y de los comisarios europeos, no va a ser un gobierno que asalte los cielos. Ya no digo que de antemano acepten lo que haga Sánchez en Catalunya, si entonces Podemos se puso de perfil ahora ya firman el 155. Si casta son los políticos de estos gobiernos pues casta son también estos.
Pero, de todos modos, sería lo deseable y mejor un gobierno del PSOE con UP pero lo que no nos asusta es la naturalidad con que Pedro Sánchez y sus ministras y ministros nos tratan, porque ejercen el poder de un modo despreciativo no sólo con un partido que legítimamente plantea querer entrar a gobernar. Porque es desprecio.
El lenguaje, las actitudes y los hechos de este Gobierno en funciones son los de un gobierno que no es democrático, que no conoce la cultura democrática. Pero, en cambio, nos resulta familiar porque estamos acostumbrados, es tan español, tan nuestro de toda la vida, tan de usted sabe con quién está hablando y a la autoridad se le habla en castellano y si no andan derechos hay palo y arribaspaña. Sí, Sánchez, esa portavoz Calvo, sus ministras y ministros, son sociológica, psicológica e ideológicamente autoritarios y eso en España es nuestra herencia franquista que para eso uno se murió en la cama, al otro lo están esperando y su hijo te mete el 155, la ley mordaza, la antiterrorista, la Audiencia Nacional y te amenaza si eres disidente.
Sí, Sánchez no es un gobernante democrático, está ahí y gobernará dentro de unas normas, con Franco también había Cortes, jueces, fiscales, Ejército, Jefe del Estado y normas, pero ya ahora las pervierte desde el momento en que no nos trata como ciudadanos libres y sin miedo y nos riñen y desprecian. Pero como no podemos escoger tenemos que querer que gobierne, aunque sólo sea para que no nos envenenen sin más.
Qué ganas tengo de que muera Franco y de ser europeo.