Héroes en precario
Hoy, les aplaudimos, pero mañana pueden estar en el paro. Acordaos. No hablo solo de trabajadores precarios de la sanidad, que son muchos, sino también de los currantes del supermercado, limpiadores, transportistas, mensajeros o temporeros del campo. Hoy, nos abastecen y nos dan servicio durante el confinamiento. Mañana, cuando arrecie la crisis, muchas de estas personas, con contratos temporales, pueden ser el eslabón más débil y los primeros en ser enviados a las listas del desempleo.
Los aplausos del pueblo en los balcones pueden convertirse luego en palmadas en el hombro y patadas en el culo dentro de unos meses. Acordémonos siempre de estos trabajadores de sueldo mileurista y defendamos sus derechos. Si esas advertencias de destrucción masiva de empleo del FMI se van cumpliendo, muchos de estos currantes, de despido barato y alta desprotección laboral, dejarán de ver las filas junto a su caja del súper y se verán en la cola del paro.
Sanitarios que meten un montón de horas y han firmado cientos de contratos temporales, cajeros de media jornada y enorme entereza para aguantarnos, limpiadores que intentan sacar brillo a una época tan oscura… Hablo de personas que están asumiendo un alto riesgo de contagio para volver a casa con un sueldo ínfimo, miedo a infectar a sus familiares y a perder el empleo dentro de unas semanas. No se sabe cuándo. Acordémonos de estos currantes, que cargan con la responsabilidad de permitirnos el confinamiento y podrían cargar después la crisis sobre sus hombros, mientras otros se cuelgan las medallas.
Recordemos cuando nos decían que subir el salario mínimo sería malísimo para la economía. Hoy, muchos de esos gurús ven cómo estos trabajadores de 950 euros al mes les están sacando las castañas del fuego. Lo de siempre, vaya, pero esta vez para que esos sabelotodo puedan verlo desde el sofá de casa. O teletrabajando, algo que estos currantes, que hacen tanto por tan poco, no se pueden permitir. Su esfuerzo está siendo impagable. Acordaos cuando a muchos se lo hagan pagar por ser los parias de la crisis. Cuando les vuelvan a decir que han vivido por encima de sus posibilidades.
Muchos de los contrarios a subir el salario mínimo se opondrán ahora a una renta básica. A pesar de que hay miles de ciudadanos que no tienen ni lo imprescindible para vivir. Acordaos cuando algunos de los que ahora nos sirven en el súper con un contrato temporal no tengan ni para bajar a la tienda a comprar lo suyo. Las previsiones son duras y muchos de estos empleos de muy corta duración. El mercado siempre está listo para dictar sentencia. Y los listos para imponer la ley de la oferta y la demanda. Cuando ellos digan que toca reducir costes laborales, recordad que a muchos de los que ahora les pagáis la cesta de la compra para tener un plato caliente en casa, les pueden poner en la calle y serán los que paguen los platos rotos.
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