La historia de otra estafa sanitaria
- El Gobierno de Aragón quiere hacer un hospital nuevo, las principales empresas constructoras y algún fondo buitre de inversión lo edifican, y cada año, durante los próximos 20, les vas pagando a cambio de su gestión hasta alcanzar, según los expertos sanitarios, al menos 5 veces el precio final de su construcción
Imagínate que eres un veinteañero sin trabajo y te quieres comprar un coche. No tienes dinero y se lo pides a tu hermano mayor. En lugar de darte el dinero, él escoge el modelo y el color, lo compra, lo pone a su nombre pero te dicen que el seguro lo pagues tú y durante veinte años se lo vas pagando con intereses. El también lo va a utilizar pero el mantenimiento y las reparaciones corren de tu cuenta. No contento con eso, te dice que los fines de semana lo utilizará sólo él, pero la gasolina también la tienes que pagar tú, el garaje lo tienes que pagar tú, y hasta la música que lleves puesta será solamente la que él quiera y le tendrás que pagar cada vez que la enciendas. Al final podrás decir que tienes un coche, pero con la cara de tonto que se te quede no sabrás muy bien si al final te ha salido a cuenta.
Al que sí le salen las cuentas es al Gobierno de Aragón de la coalición PP-PAR presidido por Luisa Fernanda Rudi. Este Ejecutivo autonómico decidió el pasado mes de enero aprobar la construcción de un nuevo hospital para Alcañiz, en el Bajo Aragón al norte de la provincia de Teruel, mediante una Iniciativa de Financiación Privada (PFI en jerga sanitaria), que consiste en lo relatado en el párrafo anterior. El Gobierno de Aragón quiere hacer un hospital nuevo, las principales empresas constructoras y algún fondo buitre de inversión lo edifican, y cada año, durante los próximos 20, les vas pagando a cambio de su gestión hasta alcanzar, según los expertos sanitarios, al menos 5 veces el precio final de su construcción.
¿Y quiénes son las constructoras que aplican a esta contrata? Pues las de siempre, sospechosas habituales en los pagos en B a la caja B de Luis B. y que son las que terminan quedándose los servicios hospitalarios. Aquí no están en juego varios cientos de millones de euros de los aragoneses, sino la salud de los 70.000 ciudadanos del sector de Alcañiz del área sanitaria IV de Aragón, ya que no hay nada mejor para incrementar los beneficios finales que reducir las batas y aumentar las corbatas en ese hospital.
Los cuatro partidos de la oposición aragonesa (PSOE, IU, CHA y Podemos) junto a los sindicatos y las plataformas en defensa de la sanidad pública presentaron recientemente dos recursos contenciosos administrativos ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y ante el Juzgado Contencioso-Administrativo para paralizar la asignación de este nuevo hospital y han sido admitidos a trámite. Honestamente creo que no existe una mejor forma de paralizarlo que desalojar a los partidos conservadores del edificio Pignatelli de Zaragoza, sede del Gobierno de Aragón, y para ello dentro de dos domingos vamos a tener una histórica oportunidad.
Decía el legendario director bajoaragonés Luis Buñuel que a pesar de su odio a la prensa, le gustaría poder levantarse de entre los muertos cada diez años, llegar hasta un quiosco y comprar varios periódicos. Esperemos que la próxima vez que le toque pasarse no vea como les toman el pelo a sus paisanos con el nuevo hospital.