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Hombres que te explican cosas: Top 7 de mansplainers

En todo artículo sobre feminismo o conversación sobre el tema, se repiten las mismas consignas machistas, da igual que el debate sea en la Red, que sea en un grupo de amigos, que sea en Almería que en Cuenca. Siempre, siempre, oirás las mismas excusas o explicaciones sobre por qué las cosas son como son. Son los mansplainers.

El mansplaining (y copiamos directamente de la Wikipedia para que el mansplainer no tenga que explicártelo) es:

Hoy te hacemos una selección de los más comunes.

  1. El Biólogo

Da igual de qué tema trate el debate: techo de cristal, agresiones, tareas domésticas... este tipo de mansplainer lo justificará todo con la biología. Si nos agreden sexualmente es porque el impulso sexual que biológicamente tiene el hombre (así, tatuado en el ADN) es más fuerte que él. Suelen apostillar que lo mejor es ir tapada y no como un putón. Por supuesto, acto seguido se sacan a sí mismos de la ecuación, entiéndelos, no es que hablen de ellos, sino de los demás.

Si estáis debatiendo sobre que las mujeres no ascienden tanto como los hombres en el trabajo, el mansplainer te dirá que eso es porque nosotras, biológicamente, estamos más preparadas tanto para procrear como para cuidar de la procreación. Es como si la culpa del techo de cristal la tuviera nuestro útero. Fin de la conversación, es biológico, ¿qué puedes alegar tú? Nada. Admite tu derrota y vete a dar el biberón a algo o alguien.

2. El Negacionista

Con este tipo de mansplainer tienes que partir de la base de que el machismo no existe. O al menos no en España. El machismo es eso que pasa en otros países, como Brasil o Irán, donde amablemente te mandará a ir a protestar, si tan implicada dices que estás con la igualdad de género. Seguramente él te dirá que también quiere la igualdad (pero no tanto como para acompañarte a Irán). No le hables de violaciones o de feminicidios: no son lo suficiente numerosos como en otros países, por lo que no puedes quejarte. De hecho, debes dar las gracias, porque podría ser peor.

3. La Víctima

Este tipo de mansplainer te explicará a ti por qué tus denuncias no son justas y además tienes un doble rasero a la hora de defender el tema. Aviso: tienen llanto para cualquier tema. Si tú hablas de violaciones te dirá que en las cárceles, a quien se viola, es siempre a hombres y no te ve quejarte ni poner el grito en el cielo. Por supuesto no te dice que los violadores son otros hombres, y si se lo dices tú, te dirá que qué más da quién sea el agresor, que lo que importa es la víctima y que no te importan porque son hombres. Al que realmente no es que le importe mucho es a él, que sólo se queja de estos casos cuando se topa con alguna feminista. Pero eso es lo de menos, el doble rasero lo tienes tú.

Si el debate gira en torno a la presión social sobre nuestro físico, el mansplainer victimista te dirá que qué sabrás tú lo que es presión, que ya hasta han inventado cremas antiarrugas para ellos, y que la presión es, como mucho, la misma. Si habláis de agresiones sexuales, él te dirá que en 1998 le cogieron el culo en un bar y que, en la última cena de Navidad de la empresa, una compañera del trabajo le pidió un beso y se sintió tremendamente incómodo. Da igual lo que tú le cuentes o las estadísticas oficiales que le saques a este mansplainer, lo suyo es siempre peor.

4. El #Existen

Muy complicado debatir con el mansplainer #Existen. Él ni niega la violencia de género ni los feminicidios. No niega nada ni lo explica ni le interesa lo que le estás contando, él viene a contarte su verdad y su verdad es que el Gobierno calla las increíbles estadísticas de hombres asesinados por sus esposas. Depende del mansplainer esta cifra varía de 30 a 300 muertes violentas anuales. Hay hasta asociaciones y plataformas de hombres que se dicen víctimas de la Ley de Violencia de Género y que defienden la existencia de los #Existen. (Si tienes tiempo y ganas, busca ese hashtag en Twitter. Mucho tiempo y muchas ganas).

5. El Docente

El mansplainer docente te dice cómo tienes que llevar la lucha feminista. Ché, que a él le da igual, que lo dice por ti, que te ve ahí agobiadilla, no le digas que qué te va a contar él a ti de feminismo porque coge el camino y se va, que estás muy alterada, ¿eh?

Te dirá que lo que tenemos que hacer las mujeres es ser menos quejicas y menos víctimas, todo el día con la violencia de género en la boca, coño, si a ti no te ha puesto la mano encima nadie nunca todavía, a qué viene todo este escándalo. Te dirá que lo mejor es no dar con malas compañías, y que a la mínima que a alguna nos pase algo con algún loco, porque son eso, locos, pues entonces se denuncia a la Guardia Civil y sansacabao, que hay más peces en el mar. El docente te explicará que quedarse junto a un maltratador es también de estar muy zumbada y que tú, como feminista, no puedes dedicar tu vida a defender a locas de otros locos, que el feminismo en mucho más que eso. (Si has llegado a este punto de la conversación con un mansplainer docente, tienes mi admiración absoluta).

6. El troll

A este mansplainer no lo encuentras más que en redes sociales o foros. No hay debate, sólo aportarán algún que otro “feminazi”, “gorda”, “amargada”. Algunos te harán un bonus track con la foto de sus genitales.

7. El psicoanalista

Cuando tú expongas tu punto de vista, él se limitará a diagnosticarte cosas o a explicarte por qué piensas así. Las más socorridas suelen ser que:

A) Algún novio te rompió el corazón y ahora odias a los hombres.

B) Eres lesbiana y lo sabes. O eres lesbiana pero aún no lo sabes. Elige.

C) Planeas una vaginocracia para vengarte de los hombres.

D) Estás muy gorda.

Es curioso porque, aunque algunas de las premisas de estos mansplainers son incompatibles entre sí, jamás los verás pelearse entre ellos. Es decir, un negacionista nunca le llevará la contra a un biólogo, ni un #existen llamará la atención a un troll.

Es lo que tiene la solidaridad de género.