Lo de los estibadores es inaceptable
Si queda por ahí algún despistado que todavía apoye la huelga de los odiosos estibadores, ahora mismo le quito las tonterías. A ver, izquierdistas ingenuos, nostálgicos del obrerismo, sindicalistas de salón, tomad nota de unos cuantos datos in-con-tes-ta-bles, y veréis cómo os acaba pareciendo inaceptable que unos pocos trabajadores pongan en jaque un país entero al cerrar los puertos.
Los datos hablan solos, con los puertos no se puede jugar: el 60% de las exportaciones y el 86% de importaciones pasan por ellos. Cada año, mercancías por valor de 200.000 millones, el 20% del PIB español. Repito: el 20% del PIB español. 15 millones de contenedores en 2016, 500 millones de toneladas. Un solo día de paralización cuesta una media de 50 millones de euros. Sectores clave dependen del puerto: industrias de todo tipo, comercio, alimentación, materias primas, componentes, químicas, siderurgia, cementeras, fabricantes de coches...
Datos incontestables, ¿eh? Yo mismo estoy impresionado. Yo intuía que los puertos eran estratégicos, pero vaya, no tanto. ¡El 20% del PIB circulando por ellos! ¡El 86% de importaciones! De hecho, estoy pensando que… Nada, una tontería, olvídenlo. A lo que íbamos: es inaceptable que 6.000 trabajadores defiendan sus derechos (perdón, sus privilegios) a costa de dañar a tantos sectores.
¡Mercancías por valor de 200.000 millones! ¡500 millones de toneladas! ¡Fabricantes de coches que no reciben un tornillo que no pase por el puerto! Vaya, vaya. Se me ocurre que si los puertos son tan, tan, tan importantes como estos días repiten Gobierno, empresarios y medios, pues igual eso de liberalizarlos, no sé… Nada, no me hagan caso, que se me va la cabeza. Yo venía a convencerles de que la huelga es un disparate, porque afecta a un elemento estratégico para el país y que...
Digo estratégico, y me quedo corto. Se me olvidaba que España es entrada y salida de Europa. Más que estratégico. Mira tú que si al final todo el conflicto no tiene que ver con los “privilegios” de unos pocos trabajadores, sino con el pastel enorme que se despacha en los puertos, y al que aspiran inversores internacionales. No sé, igual “liberalizar” la estiba es un paso imprescindible para acabar de “liberalizar” los puertos: dejarlos baratitos y limpios de la molesta interferencia de esos sindicatos, porque en el horizonte se anuncian operaciones multimillonarias que no quieren estorbos.
Qué tonterías se me ocurren, verdad. Yo venía a criticar la huelga, y ya ven: a base de escuchar tantas veces eso de que los puertos son fundamentales, acabaré pensando que igual los tiros iban por otro lado, y que los estibadores más que unos privilegiados son un obstáculo, una piedra en el camino del negocio que se espera generen esos puertos “estratégicos”. A ver si lo inaceptable no es la huelga, sino que los trabajadores tengan control sobre la manera en que se organiza su actividad, dónde se ha visto algo así. Y que encima, bajo ese control (perdón, “monopolio”), los puertos crecen y baten récords cada año.
Inaceptable, sí.