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Ya están los sindicatos con sus huelgas fastidiándome las vacaciones

Air Nostrum y el Sepla alcanzan un acuerdo que pone fin a la huelga de pilotos

Isaac Rosa

Hay tradiciones que no se pierden: en semana santa nunca pueden faltar las procesiones, las torrijas, la subida de los carburantes, las huelgas del transporte… y el discurso antisindical asomando la patita en la prensa.

Desde la semana pasada recorto noticias sobre huelgas convocadas para estos días vacacionales. Las hay en trenes, aeropuertos y transporte marítimo, lo que facilita el titular ingenioso elegido por varios medios: “¡Huelgas por tierra, mar y aire!” Paros que, por cierto, no causan el desastre anunciado, “gracias” a la práctica cada vez más habitual de maximizar los servicios mínimos y esquirolear para sustituir a los huelguistas.

La mayoría de noticias de los últimos días compartían el mismo sonsonete, se leía fácilmente entre líneas “ya están los sindicatos con sus dichosas huelgas fastidiándote las vacaciones, con las ganas que tenías de salir unos días y no falla, ahí están los jodidos sindicatos cancelándote el tren, retrasándote el vuelo o dejándote en tierra…”.

Sí, el mismo sonsonete que, a fuerza de repetido, acabamos por hacer nuestro y reproducimos cada vez que nos quedamos colgados en el aeropuerto o tarda más de la cuenta el metro: “ya están los sindicatos con sus dichosas huelgas fastidiándome…”.

Dos no se pelean si uno no quiere, dice el refrán, y en el caso de una huelga, las de transporte o cualquier otra, siempre hay dos partes. Nos solemos fijar solo en una, la que formalmente convoca, los trabajadores; y ni miramos a la otra parte, la empresarial, que algo habrá hecho o dejado de hacer para que los trabajadores acaben en huelga. No me creeréis, pero os aseguro que ningún trabajador hace huelga por gusto ni por chulería. Ni siquiera para joderte las vacaciones, por increíble que parezca.

Yo con los años he desarrollado un tipo de dislexia que, cuando voy a leer una noticia sobre huelgas, me desordena las palabras y acabo leyendo otra cosa.

Por ejemplo, este titular tan inocente de hace unos días: “Los sindicatos calientan la semana santa con huelgas en aeropuertos, Air Nostrum y Renfe”. Yo lo miro y lo que leo es: “Aeropuertos, Air Nostrum y Renfe calientan la semana santa al empujar a sus trabajadores a la huelga”.

Sigo leyendo otras noticias que coinciden en cargar a los trabajadores el mochuelo de la huelga jode-vacaciones, pero mi dislexia me las desordena y leo cosas como:

“Air Nostrum insiste en externalizar por encima de lo acordado, haciendo inevitable la huelga”.

“La intransigencia de la patronal de handling aeroportuario afectará a miles de viajeros en el regreso de semana santa”.

“El bloqueo del Gobierno al convenio de Adif y Puertos provoca una huelga en plenas vacaciones”.

“La empresa responsable de la seguridad causa retrasos en Barajas al rechazar un acuerdo para mejorar las condiciones laborales”.

Ya lo dejo, no sea que mi dislexia sea contagiosa y acabéis leyendo lo que no es, y os acabéis enfadando con el culpable equivocado.

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