La portada de mañana
Acceder
La declaración de Aldama: “el nexo” del caso Ábalos apunta más arriba aún sin pruebas
De despacho a habitaciones por 1.100 euros: los ‘coliving’ se escapan de la regulación
Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

Hundido por corrupción... mientras la orquesta sigue tocando

La justicia cerca la corrupción, aunque habrá que ver hasta dónde llega y, sobre todo, hasta dónde le dejan llegar. El balance provisional de la operación anticorrupción emprendida este lunes arroja hechos relevantes como la extensión de la red por autonomías y municipios en empresas de envergadura. Lo abultado del monto sobre el que se actuaba: adjudicaciones irregulares por valor de 250 millones de euros en los dos últimos años. No es una acción del pasado. La trama estaba operando ahora mismo, sin coartarse por la basura que está emergiendo; con conciencia de impunidad. O la comisión de todo tipo de delitos involucrados en la mangancia a gran escala utilizando medios públicos: se les imputa a los detenidos por blanqueo, falsificación, delitos fiscales, cohecho, tráfico de influencias, malversación, prevaricación, revelación de secretos, fraude y organización criminal, punto este último que supone un importante giro cualitativo. Y, además, cuentas corrientes por centenares y coches de lujo intervenidos, anotaciones en el Registro de la Propiedad revisadas, un trabajo a fondo.

Entre los arrestados, Francisco Granados, vicepresidente de la Comunidad de Madrid con Aguirre, entre otros cargos de responsabilidad en el partido. Curiosamente, presidió la comisión que hizo como que investigaba el 'tamayazo', la operación que llevó al poder a Esperanza Aguirre por la traición de dos diputados socialistas. El juez Eloy Velasco, al mando de la investigación, cree que la cuenta que le encontraron en Suiza a Granados se nutría con comisiones de constructoras por recalificaciones fraudulentas de terrenos y adjudicaciones de obras en la época en la que fue alcalde de Valdemoro. Pero no nos engañemos, es lo de siempre. Lo único, que la labor de achique a pozales no resiste la continua entrada de agua por los grandes agujeros del casco.

Madrid en el epicentro, tampoco sale bien parado el PSOE de Tomás Gómez, cuyo delfín en Parla ha sido el único alcalde socialista detenido en la operación.

La justicia –la que resiste en su cometido contra viento, destituciones o inhabilitaciones– ha venido acusando al Partido Popular de no dar puntada sin hilo y entregar contratos públicos al mejor postor de sus donantes. Con las ganancias llenaría una caja B de la que tira para hacer obras sin pagar impuestos o cobrar sobresueldos en B (además de los admitidos en A). Si esa caja B cantara, las tarjetas 'black' serían un tarareo en la ducha, por comparación. Hagámonos una idea con esta trama municipal conocida hoy, si se produjera en la Administración del Estado. Se apunta que del hilo de la operación Púnica también salen empresas, de energía en concreto. Los donantes son básicos, el dinero no suele llover del cielo a las cuentas corrientes de los corruptos. De nosotros, las víctimas, no se habla, nuestro papel es pagar las deudas contraídas por ellos y sin rechistar.

Siempre una mecánica similar. Recordemos que también está encausado y por las mismas causas, Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo de Alarcón, casado entonces con Ana Mato, a la que –por alguna razón– no se la apea de ministra de Sanidad por más ineptitud que evidencie, y bien flagrantes han sido sus últimas demostraciones. Está muy claro que la familia es muy querida en el PP. Aunque siempre hay un día que toca soltar lastre. Y ahora van cayendo en el 'esa persona de la que usted me habla' desde Bárcenas a Rato o Blesa; Acebes, en la cuerda floja, sin duda lo hará Granados. Examigo de Aguirre, que prefiere a González y detesta a Blesa. La lucha de facciones en el PP no debe de ser ajena al hallazgo de nuevas cepas de corrupción.

Cospedal, que andaba ya “escandalizada” por ese goteo de implicaciones de miembros del PP en actividades ilícitas, puede sufrir un espasmo con los nuevos entrullados. Menos mal que ella –dice– no tiene nada que ver con el cobro, firmado, de 200.000 euros que le entregó Sacyr al PP y que “el delincuente Bárcenas” le atribuye a cambio de mejorar su contrato de basuras en Toledo. 11 millones subió en pocos días, pero eso se debió a una pura casualidad. Y de haber alguien responsable, ya está el alcalde de Toledo, imputado unos días atrás.

Se diría que las fuerzas del mal se han confabulado para acusar al PP de corrupción en intolerable injusticia. Total por unos casos aislados de menor relevancia. Y muy concentrados. En Santiago de Compostela se dio tan comprimida que hubo de recurrirse a concejales que no figuraban ni en la lista, para rellenar los huecos dejados por prácticamente todo el Grupo Popular del Ayuntamiento condenado por prevaricación. Tampoco es para tanto.

Y es lo único que no cambia. Como la orquesta del Titanic, el PP toca su eterno repertorio cambiando a lo sumo algunas partituras. Van cayendo por la borda los músicos, y ellos siguen imperturbables. El pobre Rajoy llevaba “una semana negra” y ahora inicia otra –nos comenta la prensa– a cuenta de tanto pufo de altura, que lo de Rato y Blesa tirando de tarjeta ha soliviantado mucho a la gente. Sin romperle, ni mancharle, al parecer. Cuantos salen a hablar confían en la justicia más que en su santa madre y no es que luzcan limpios, son inmaculados. Esas cosas feas que hacen otros, no van con ellos. Los portavoces del PP S. A. difunden la consigna: 'en todos los países hay corrupción'. No tanta, pero hay, sí, lo que está menos extendida es la impunidad. Hay grados de corrupción, dicen también, y a la teoría del 'no es lo mismo' se apunta otro de los jefes de sección, Fabra, de la Comunidad Valenciana. El sustituto de Cotino al frente de Les Corts está imputado por prevaricación, admite, pero “sólo administrativa”. Ah, bueno. Y, cuando ya nada cuela, viene aquello de “lo importante es la recuperación, no la corrupción”, acuñado por el ministro Montoro. La recuperación fantasma que no vive la gente, por cierto. Y bien difícil es salir adelante con tal cantidad de ladrones arrasando las arcas públicas.

El barco se hunde. Todos los sabemos. Ellos también. No se puede sostener con más mentiras y evasión de responsabilidades. Y sigue la música, aunque no por heroicidad: le han pillado el gusto y algún incauto aún cae. Un presidente de Gobierno que manda SMS de aliento a su extesorero encarcelado no debió seguir un minuto más en el cargo. La corrupción les ha estallado en la cara. Y es de un calibre insoportable para un país. Por más que se les llene la boca con el excelente funcionamiento del Estado de derecho, algo falla cuando el daño se produce en tales proporciones. Detenido también el presidente de la Diputación de León, comprobamos que a la trama no le faltaron ni asesinatos, como el de su predecesora en el cargo, muerta a tiros por otra colega del PP. Y ahí quedó.

Nos ha estallado a todos nosotros también. En la presentación de 'La caja B de la democracia', último número de la revista 'Cuadernos', de eldiario.es, una de las participantes aludió a coacciones de los defensores de corruptos. De graves coacciones. Merecería portadas. Merecería, sobre todo, una investigación exhaustiva de la justicia. Cuando la corrupción contamina a un país y alcanza al corazón de Gobiernos, puede llegar al caso de ayuntamientos o estados en México, donde sólo ahora, con la desaparición de 34 escolares secuestrados, se producen protestas. Italia viene padeciendo largamente a la mafia pero disponía de resortes para detener la infección. Sobre todo, justicia independiente de base, al margen de que hubiera corruptos. El juez Velasco habla, recordemos, de organización criminal en la trama de los “púnicos”. Parémonos, pues, a afrontar nuestros problemas de una vez por todas.

Existen mecanismos para atajar la corrupción, reformas que emprender en serio. No podemos seguir al albur de personas que votan corrupto, por ejemplo; debe evitarse en lo posible la opción de elegir corrupto. Hemos de ser implacables con la exigencia de limpieza en nuestra vida pública. La saca llena de garbanzos negros, y aún dicen que tampoco es para tanto. Seguirán su cantinela hasta el naufragio. A ver si logramos que no arrastre –más– a la sociedad en su conjunto.