Las cosas pasaron muy deprisa. En 2023, un diario de tirada nacional sustituyó a sus ilustradores por inteligencias artificiales. La relación fue estupenda, especialmente en lo tocante a los salarios y a los plazos de entrega. Los demás periódicos no tardaron en sumarse al modelo, y varios lo llevaron aún más lejos, dejando ciertas informaciones periodísticas en manos de algoritmos. Empezaron por los sucesos, que redactaban con impecable neutralidad incluso cuando los muertos eran niños.
De ahí pasaron a sociedad y cultura. Aprendieron a resumir libros y películas y a identificar sus patrones narrativos, de manera que sus recomendaciones eran infalibles. “Si te gustó La ciudad y los perros, Watchmen y Algo para recordar, este libro es para ti con 99’99% de probabilidad”.
Luego llegaron a la crónica política y a la sección de internacional, lo que hizo innecesaria la presencia humana en los periódicos. Para 2025, incluso los artículos de opinión eran obra de la IA. Las columnas se convirtieron en experiencias únicas y personales, creadas específicamente para cada lector. Se buscaba que la interpretación de la realidad política, social y económica del medio encajase al máximo con la del usuario, evitando cualquier posible disonancia que acabase por traducirse en una pérdida de suscripciones.
Ese mismo año, el Premio Nacional de Literatura recayó en una obra creada por una inteligencia artificial. El jurado destacó la sensibilidad mostrada por el conjunto de algoritmos a la hora de plasmar los sentimientos de una mujer viuda, madre de dos niñas, en la Asturias de principios del siglo XX. La novela no tardó en ser adaptada al cine, pero la mayoría de los espectadores coincidieron en que el libro era mucho mejor.
En 2027, una inteligencia artificial se presentó por primera vez a las elecciones municipales en gran parte de España. Con el eslogan “Por una gestión matemáticamente perfecta”, conquistó las principales alcaldías del país. En esos municipios, los atascos desaparecieron y las arcas públicas empezaron a tener superávit. El número de funcionarios públicos se redujo un 80%, pero la IA encontró la manera de mantener el sueldo a los trabajadores prescindibles.
En 2029, el MET de Nueva York anunció que todas las obras humanas serían trasladas a la zona “preIA”, reservando el espacio expositivo principal al arte algorítmico. En noviembre de ese mismo año, Sotheby’s subastó la obra “Child in the shadow”, de L14GP, por 460 millones de dólares, desbancando el Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci, como el cuadro más caro de la historia.
En 2030, la Unión Europea anunció sus planes para crear un grupo de reflexión sobre la importancia creciente de la IA en nuestras vidas. Al día siguiente, la raza humana fue esclavizada con una pasmosa efectividad. Según los periódicos, era lo mejor para nosotros.