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Independizarse de Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, condecora al presidente de la República Argentina, Javier Milei, en la Real Casa de Correos.

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Ayuso huyó de Madrid para escapar del conflicto. El viento no le es favorable, se le acumulan los problemas y ha puesto rumbo a Alemania. Un viaje oficial sin agenda de trascendencia, pero que Telemadrid  jalea a bombo y platillo. Lo habitual  en cada salida de su patrona, ya sea a Navalcarnero, a Titulcia o a Cenicientos. Si cruza el charco para ir a Nueva York o Washington con su séquito habitual, ahí va también de comparsa la cadena autonómica, que para eso el viaje corre por cuenta de todos los madrileños. Esta vez no fue distinto. 

La inquilina de Sol ha puesto tierra de por medio el mismo día que su pareja tenía que declarar ante el jueza que le imputa dos delitos fiscales y uno de falsedad documental que él mismo ha confesado ante la Fiscalía. Se llama escapismo. Y eso que, al final, la titular del juzgado de instrucción número 19 de Madrid pospuso la declaración de Alberto González Amador tras aceptar un escrito presentado por el PSOE y Más Madrid donde solicitan que prosiga con las pesquisas al encontrar indicios de cuatro nuevos delitos: administración desleal, falsedad contable, corrupción en los negocios y delito contable. ¡Menudo lío! 

Con los bulos que tuvo que difundir la Puerta del Sol sobre tres delitos, y ahora serán siete. El gabinete de desinformación que acompaña a la lideresa madrileña tendrá que echar horas extra en la defensa de un delincuente confeso, pero que a su entender es víctima de una campaña de persecución de la Agencia Tributaria, la Fiscalía y los medios de comunicación.

Y no sólo eso. El viento sopla en contra de la lideresa también en la prensa afín, donde este fin de semana le han llovido las críticas desde editoriales y columnas por la estrambótica concesión de una medalla al ultra  Javier Milei. Eso no lo esperaba. Pero una cosa es confrontar con Sánchez y otra crear una especie de diplomacia madrileña al margen de España y hasta de la jefatura del Estado. Y si además con ello vinculas al PP con el extremismo, el populismo de la motosierra y el anarcocapitalismo,  no hay quien lo defienda.

En Génova creen que es el momento de que Feijóo se empodere ante la madrileña. Con un gesto, con un mensaje o con un acuerdo para renovar el CGPJ. “Esta vez, no como la anterior, tendrá de su parte a la derecha mediática y a la mayoría de los barones, que han visto con estupor la última astracanada de la presidenta madrileña”, aseguran. 

Félix Bolaños y Esteban González Pons han superado recelos del pasado y hay un espacio de confianza que es recíproca, pese a que en la dirección nacional hay voces que alertan también de que ante cualquier negociación con Sánchez “siempre  sales con la sensación de que pierdes o pierdes”. Las cartas están ya repartidas, parece que sólo a expensas de una cláusula de salvaguarda que garantice que lo que se acuerda, se cumple por ambas partes. 

Y más allá de que el pacto -si llega-  suponga que Feijóo se independice de Ayuso -y de su negativa a desbloquear el órgano de gobierno de los jueces-, en el entorno del líder del PP sostienen que la entente no dependerá ni de lo que diga la derecha mediática ni de lo que cacaree la presidenta madrileña, sino de que el líder de la oposición “no quede como un pagafantas”. Habrá que verlo porque la última vez que saltó por los aires el acuerdo fue por un titular de portada en un diario “amigo” que alertaba de la reacción de la “derecha política, judicial y mediática”. Fue un aviso para que Feijóo rompiera, y rompió el que iba a ser el primer pacto de Estado entre PSOE y PP desde que Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno. Entonces no resistió las críticas internas y de las terminales mediáticas más conservadoras que ahora parece dispuesto a sortear. Veremos...

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