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Joven, atiende: aquí el secreto para comprarte una vivienda

Un grupo de jóvenes en una terraza
29 de diciembre de 2024 21:12 h

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El otro día asistí a una conversación navideña en la que se dijo que los jóvenes de hoy en día no tienen pisos en propiedad porque salen a cenar, tienen iPhones y viajan mucho. ¿Os resulta familiar? ¡Correcto! Es más que probable que hayáis escuchado la misma conversación cerca. Atención, jóvenes del mundo, esta gente tiene la solución a todos vuestros problemas con la vivienda y no los estáis escuchando como es debido: solo tenéis que cancelar vuestras suscripciones millonarias a Netflix, HBO, dejar esas cenitas de 25 euros, renunciar a las vacaciones, no tomar café (mucho menos si es de especialidad), ¡Y la vivienda en propiedad será vuestra!

La idea de que los jóvenes podrían tener una vivienda propia si dejaran de gastar sus escasos ingresos –debido a los alquileres- en migajas de placer es frecuente. En lugar de examinar por qué, y sobre todo quién, excluye a los jóvenes del mercado inmobiliario, o incluso intentar encontrar soluciones para que dejen de estar excluidos, es más cómodo y satisfactorio centrarse en sus gastos. 

“En la vida hay opciones, no se puede tener todo. Normalmente hay que hacer sacrificios para conseguir las cosas que se quieren. Yo, por ejemplo, hice muchísimos sacrificios para comprarme mi piso”, te dirán. Pero, ¿por qué tendrían los jóvenes que llevar una vida cenobítica y austera para poder acceder a una vivienda? ¿Acaso otras generaciones no cenaban fuera de casa, no se compraban electrodomésticos, cámaras de fotos y vídeo, no alquilaban o compraban películas o vinilos, no pasaban semanas en la playa, no tenían coches, no se regalaban relojes, joyas, o ropa, no iban a conciertos o al cine, no bebían, no fumaban, no disponían de ningún placer o afición? ¿Deben los jóvenes infravivir para poder vivir?

Muchos confunden el ahorro (un rasgo positivo, por supuesto, y en el que se debería educar) con la asequibilidad de la vivienda (una auténtica crisis social) pasando por alto que muchos jóvenes incluso si nunca saliesen, si nunca se fuesen de vacaciones, si nunca viesen series en plataformas, si nunca fuesen al gimnasio, si no fuesen a varios conciertos al año, seguirían sin poder permitirse un piso en propiedad. Porque no existe capacidad de ahorro suficiente para acceder a las entradas de las viviendas ya que los alquileres están subiendo el doble que sus salarios en ciudades en las que se concentran la mayor parte de las oportunidades laborales y educativas. Los jóvenes deben destinar de media ya un 92,1% de su salario neto para alquilar una casa, según datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.  Esto es casi un 100% del sueldo si se tienen en cuenta los gastos de alquiler adicionales. Si esos jóvenes no saliesen o viajasen nunca seguirían estando más empobrecidos que las generaciones que los precedieron, pero además serían más miserables.  

Pero bueno, qué sabré yo. Jóvenes, hacedle caso a esta gente: quedaos en casa, angustiados y abatidos, leyendo este texto (eso es que os habéis pagado la suscripción de elDiario.es, eh, derrochadores) desde vuestros smartphones (¡Que a saber cuánto os costaron, aunque los necesitéis para trabajar!) y descubriréis el elixir de la vivienda en propiedad. Ya os queda menos, solo necesitáis ahorrar más de 50.000 euros para la entrada de un piso, aun pagando más de dos tercios de vuestro sueldo apenas mileurista en alquiler. Y no brindéis con cava esta Nochevieja (4,99 euros), mejor una cerveza de lata (0,37 euros).  

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