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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Judas

Una oveja que ha sido entrenada para que conduzca a los pequeños corderos, muchos aún sin destetar, hasta la línea de matanza. Los matarifes la llaman Judas. La perversidad de la industria cárnica no tiene límites.

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El número de esas víctimas durante las fiestas navideñas será de casi un millón. Muchas aún son lactantes, tienen entre treinta y cuarenta días de vida. Son víctimas pequeñas, peludas, suaves, tan blandas por fuera que se diría que todas fueran un burrito del belén que se llama Platero y al que canta un poeta. Bah, bobadas de premio Nobel. Donde esté una chuletilla, eso es imbatible. Más aún que un chuletón. A fin de cuentas, el chuletón es vaca vieja, carne ajada, cuerpo inseminado, mientras que la chuletilla es cordero niño, carne tierna, cuerpo virginal.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. En diciembre de 2023, coincidiendo con las fiestas navideñas, la matanza de corderos, que es de varios millones a lo largo de año, se incrementó en España un 43%. Casi un millón de corderos matados solo en Navidad. Los lechales, criaturas de menos de siete kilos, son los más demandados. En las misas de los próximos días, los humanos cantarán, suplicantes, a esos corderos que han engullido poco antes en la cena de Nochebuena o han preparado para el horno crematorio de la comida de Navidad.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. Paradoja siniestra, pedir paz y piedad al niño que has metido o vas a meter en el horno. Niño cordero que, a su vez, es Jesús, es el Mesías, es el hijo de Dios, que a su vez es Dios mismo porque es su hijo pero son la misma persona, luego el cordero es Dios porque es Jesús, que es su hijo y es Dios, niño cordero. Total, que se termina asando a Dios y pidiéndole paz y piedad al cordero hecho chuletillas, imbatibles como si fueran de Adán. El holocausto animal navideño tiene por contexto histórico este absurdo trabalenguas, este abstruso relato.

La organización Igualdad Animal ha documentado cómo se lleva a cabo la masacre de estos inocentes. En mataderos de España y otros países europeos, utilizan a una oveja guía para hacer que los corderos lleguen a la línea de matanza. Al igual que las personas de la especie humana, las ovejas y los corderos tienen tendencia a mantenerse juntos para sentirse seguros. La oveja guía, vilmente manipulada, ha sido entrenada para conducir hasta la muerte a los pequeños. Tal es el pecado de la industria, tal es su perversión, que a la oveja guía los matarifes la llaman Judas.

Tal y como documentó Tras los Muros en su investigación sobre mataderos en España, los corderos de Dios, niños Jesús arrancados a sus madres, llegan al matadero tras ser descargados desde los camiones a empujones y golpes, y lanzados al suelo, prácticas prohibidas por el Reglamento (CE) Nº 1099/2009 del Consejo de 24 de septiembre de 2009 relativo a la protección de los animales en el momento de la matanza. Los corderos de Dios, niños Jesús arrancados a sus madres, también son transportados, atados con sogas por sus cuatro patas, en maleteros de coches particulares, práctica prohibida por el Reglamento (CE) Nº 1/2005 del Consejo de 22 de diciembre de 2004 relativo a la protección de los animales durante el transporte y las operaciones conexas.

Esta es la verdad sobre esas cenas de Nochebuena y comidas de Navidad. Judas no es la oveja guía, víctima también de la violencia. Llamarla Judas es perversión humana. La Metafísica de Aristóteles se incia con la siguiente frase: “Toda la humanidad desea, por naturaleza, saber”. También Platón señala como principio de la filosofía el deseo de saber, innato a la humanidad. Pero esta sociedad prefiere no saber, dar la espalda a la verdad, contagiarse de una violencia que lincha y mata inocentes. Esta sociedad prefiere vivir en el bulo de una rica receta, sentarse a la mesa de la mentira y la crueldad, tan familiares hoy. Sociedad Judas.

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