En la guerra de encuestas, la de DataFolha de Folha de São Paulo, la de más prestigio, salió esta semana. Después de muchos acontecimientos, se especulaba bastante en los medios sobre cómo afectarían las encuestas. A cuatro meses de la primera vuelta, en la encuesta espontánea Lula crece del 30 al 38%, mientras Bolsonaro se queda con un 22%. Lula sube 8 puntos, Bolsonaro pierde uno.
En la primera vuelta, Lula llega al 48% ,en contra de Bolsonaro, que se queda con 27%. Lula tiene su mejor desempeño, aumentando 5%. Aun cuando Sergio Moro ya no está en la encuesta porque ha renunciado a ser candidato, Bolsonaro solo aumenta un 1%. La diferencia entre los dos, que era de 17%, subió a 21%.
El nivel de rechazo de Bolsonaro es de 54%, el de Lula es de 33%. Entre los jóvenes –entre 16 y 24 años– Lula tiene 58% de apoyo, Bolsonaro tiene 21%. Entre las mujeres, Lula 49%, Bolsonaro 23%; entre los de ingresos más bajos, Lula tiene 56%, Bolsonaro 20%; entre los beneficiarios de la ayuda Brasil concedido por el gobierno para las personas con menor nivel de ingresos, Lula tiene 59%, Bolsonaro tiene 20%.
En el nordeste de Brasil, Lula gana por 62% contra 17% de Bolsonaro; entre los que se declaran negros, Lula gana por 57% a 23%. Entre los desempleados, por 57% a 16%. Entre las personas con educación fundamental, Lula gana por 57% a 21%.
Bolsonaro triunfa entre los que tienen una renta mayor de 10 sueldos vitales, con 42% contra 32% de Lula. En los evangélicos hay un empate: Bolsonaro con 39% y Lula con 36%. 48% rechaza el gobierno de Bolsonaro, mientras 25% lo apoyan.
Lula tiene sus mejores resultados con las mujeres, los jóvenes, los más pobres y la población del nordeste de Brasil. Bolsonaro tiene su apoyo más grande entre los empresarios, que tienen riqueza, pero no tienen votos. Lula tiene el apoyo de solamente un cuarto de los empresarios.
Hay otros datos más en la más amplia y confiable encuesta sobre la disputa electoral a cuatro meses de la primera vuelta. ¿Qué es lo que esto significa? En primer lugar, como se dice en Brasil, el plato de comida es decisivo para la definición del voto. Lula denuncia, sistemáticamente, cómo se vivía mucho mejor en los gobiernos del PT, cómo la situación de vida de las personas se ha degradado desde el golpe que ha roto la democracia en Brasil y ha impuesto un gobierno sin legitimidad hace ya 6 años. En particular, en el gobierno actual, la miseria se ha incrementado de forma acelerada.
La encuesta revela cómo ese discurso llega directamente a la gran mayoría de las personas. Que los temas de costumbres, las denuncias sobre supuesta corrupción del PT, así como el discurso agresivo de Bolsonaro en contra del poder judicial y las continuas denuncias sobre la inseguridad de las urnas electrónicas, no están entre las preocupaciones más importantes para la gran mayoría de los brasileños.
Queda claro que ese es el escenario que seguirá hasta la votación: profunda recesión y crisis social, desempleo de 14 millones de personas, la gran mayoría viviendo del trabajo precario.
Como uno de los efectos de la divulgación de la encuesta, Bolsonaro canceló su tradicional actividad por internet del jueves por la noche, programándola para el día siguiente. Probablemente el tiempo que necesita para asimilar los resultados y adaptar su discurso.
Lula llamó a la cautela para evitar el triunfalismo. Los medios han tenido que difundir ampliamente los resultados de esa encuesta. La perspectiva es que el favoritismo de Lula se incremente en los próximos meses.
La pelea ahora es para que Lula pueda triunfar en primera vuelta, bloqueando definitivamente cualquier aventura golpista. Para lo cual desarrollan un trabajo dirigido directamente al 7% de electores de Ciro Gomes, que son de izquierda y que pueden adherir al voto útil en contra del golpe. De sus electores, el 40% prefiere a Lula como segunda alternativa, mientras que el 10% prefiere a Bolsonaro. De esos votos puede depender la victoria de Lula en primera vuelta y la derrota definitiva de cualquier intento golpista.