Maniobras orquestales en la oscuridad

A punto de aprobar la Ley de transparencia este miércoles, el Gobierno se ha dedicado a realizar maniobras orquestales en la oscuridad para desviar el curso de la Justicia con la intención de evitar que la basura siga salpicando al PP y a la familia del rey. Desde hace días maquina en la sombra para intentar apartar al juez Ruz de la Audiencia Nacional, donde investiga la financiación ilegal de Génova con dinero de la Gürtel, y mientras mueve los hilos con los que dirige a la marioneta de fiscal del caso Urdangarin, que ayer presentó una acusación en la que le carga todo el muerto al cuñado del rey y exculpa a la infanta. La idea de transparencia de nuestra oligarquía consiste en hacerse invisible ante los ojos de la ley.

Vayamos caso a caso, señoría. En la causa del PP contra el juez Ruz, de todos es sabido que los populares piensan que el magistrado les tiene ganas y va a por ellos. Acostumbrados a manejar a la magistratura a su antojo y a quitarse de en medio a los jueces entrometidos, no pueden admitir que Ruz esté simple y llanamente haciendo su trabajo. En realidad son ellos los que se la tienen jurada a él. No le perdonan que les mandase a la policía a buscar pruebas a su sede con el consiguiente escarnio público, después de que se le agotase la paciencia de esperar a que el PP le enviase algo más que los ordenadores de Bárcenas con los discos duros destruidos. Solo les faltó enviarle también una cabeza de caballo.

No lo hicieron entonces, lo han hecho ahora. Cuando el día antes de que Rajoy llevase al Congreso sus medidas contra la corrupción y Ruz presentó sus conclusiones acusando al PP y a Ana Mato de beneficiarse del dinero ilegal de la Gürtel, el juez entró en busca y captura para los pistoleros de Génova. No solo fue una humillación para el presidente del Gobierno, además el insensato le obligó a forzar la dimisión de su ministra de Sanidad ese mismo día. El PP juró vendetta y muy pronto apareció en escena el ministro de Justicia advirtiendo que no sería raro que Ruz dejase la Audiencia aprovechando que se le acababa el periodo de comisión de servicio y todavía no había pedido la prórroga de seis meses que aún le corresponde. Si algo no admite la mafia es que le toquen a la familia y le estropeen las fiestas familiares.

Por eso esta tarde firmarán la sentencia de muerte del juez. Hoy sacan a concurso la plaza que ocupa. Para evitar el escándalo público, esto permitirá a Ruz seguir como mucho tres meses más, si pide la plaza como juez de apoyo, por cierto. Pero sus días están contados. Se lo prometió el presidente del Consejo General a su ministro. Dentro de tres meses decidirán los vocales del Poder Judicial, que, tras los oportunísimos cambios de hace unos días, ahora son mayoría del PP. Ya se cargaron a Garzón, ya ha pasado el caso por otros cinco jueces. Ahora van a darle el rejonazo al sexto de la tarde.

Así que no debe extrañarnos que también protejan a la familia directa del rey y le carguen el mochuelo en exclusiva al cuñadísimo. Ayer Horrach celebró el Día de la Inmaculada convirtiendo a la infanta en virgen sin pecado enriquecida. Ella debía de pensar que el dinero lo traía el Espíritu Santo. Urdangarin se va a comer el marrón de ambos. Por eso el fiscal ha pedido para él más pena que para nadie, hasta 20 años. Si yo fuera el juez Castro, miraría debajo de las sábanas. Puede que le hayan dejado una cabeza de caballo.

Javier Gallego es director de Carne Cruda. Escucha el programa todos los martes y jueves a las 12:00 en www.carnecruda.eswww.carnecruda.es