Podemos marca territorio

22 de julio de 2022 22:31 h

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La versión oficial cuenta que la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Unidas Podemos, Ione Belarra, ha decidido afrontar una reorganización en los equipos para reforzar “el enfoque feminista y ecologista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el perfil internacional del Ministerio”. Y que es en ese contexto en el que debemos leer la sustitución de Enrique Santiago, líder del PCE, por la secretaria de organización de los morados, Lilith Verstringe, en la secretaría de Estado de Agenda 2030.

La no oficial apunta que la sucesora de Pablo Iglesias lo que está haciendo es liberar de cargos del PCE e IU los ministerios morados. Primero fue Amanda Meyer como jefa de gabinete de Irene Montero y ahora es el turno de Santiago, una de las personas mas próximas a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Todo ello es una secuela más de las heridas abiertas y no cicatrizadas durante la negociación de la candidatura de Por Andalucía que encabezó Inma Nieto (IU) y apoyó el líder del PCE, en lugar de la lista propuesta por Podemos.  

Enrique Santiago es uno de los principales apoyos del proyecto de Díaz y sobre el que los dirigentes de Podemos se muestran escépticos ante el  temor de que se les intente diluir con un papel secundario. De ahí que la formación morada busque reforzarse como partido y recuperar una autoestima que ha vuelto a crecer con la publicación de los audios de las cloacas que demuestran la existencia de un contubernio político, policial y periodístico para acabar con el partido desde que irrumpió en la escena nacional con más cinco millones de votos. 

Así lo aseguran fuentes de la organización, que tampoco esconden que la decisión de sacar a Santiago del ministerio que dirige Belarra sea un nuevo aviso a Díaz ante el avance de la plataforma Sumar y la tentación de que la vicepresidenta se “carmenice” -en alusión a Manuela Carmena- y su anhelado proyecto para las generales “acabe en fracaso”.  

Uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, cree que en efecto Andalucía ha sido el desencadenante, si bien sostiene que el partido morado ha empezado a reencontrarse, que el escenario se clarifica poco a poco y que la impulsora de Sumar “sabe que sin Podemos no podrá volar y Podemos sabe que necesita a Yolanda para volver a emocionar”. 

Su recomendación es que la vicepresidenta vaya “despacio y con humildad” en ese proceso de escucha que para llegar a buen puerto debiera ser lo más variado posible mientras que Podemos, para volver a exhibir músculo, tendrá que “recuperar la confianza en sí mismo”. 

Lo cierto es que hace semanas que en el espacio se habla de cierta sintonía entre la vicepresidenta y los morados, tras meses de distanciamiento y reproches mutuos. La compenetración se visualizó esta semana en las intervenciones de Yolanda Díaz y Pablo Iglesias en los cursos de verano de la Universidad Complutense, donde aunque no coincidieron físicamente, sí lo hicieron en el mensaje. Una dejó claro que Podemos es “imprescindible” para su proyecto y el otro, que su partido estará con Sumar. Hay quien ya ve ahí el principio para el inexorable reencuentro. 

Sin embargo, en Andalucía, Podemos ha tomado la delantera a Díaz y ha puesto las líneas rojas para las alianzas municipales de mayo de 2023, entre ellas que se celebren primarias vinculantes y que su nombre figure en la marca electoral mientras que IU y Más País están convencidos de que ​​ el futuro pasa por dejar atrás a Unidas Podemos. Y esto pasa cuando aún es una incógnita que el proyecto de Yolanda Díaz vea la luz antes de las municipales y autonómicas del próximo mayo, ya que el día de la presentación de Sumar ella misma se dio un año para concluir el llamado proceso de escucha. 

Todo tiene que ver con lo mismo, también la destitución de Enrique Santiago, que Ione Belarra anuncia mientras la titular de Trabajo se encuentra de viaje oficial en EE.UU. Unos lo llaman marcar territorio y otros, aviso a navegantes, que como saben es dar un toque de atención a alguien.