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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Mariano derrota al capital

¿Todavía andan preocupados por las decenas de miles de personas arrojadas de sus casas? Relájense y gocen, que está todo arreglado. Es un milagro mariano –otro más– que anuncia con algarabía La Razón en primera, sin perder oportunidad de tocar las narices con el titular: “Stop del Gobierno a los desahucios”. Eso ha dolido. Y para engrandecer la gesta, una apostilla que hace pensar que ha sido una victoria sobre el malvado capital, a ver si cuela: “La banca se queja de que cargará en «exclusiva» con las consecuencias de la medida”. Ya, ya.

En el editorial marhuendí, más confeti y serpentinas: “El Gobierno actuó ayer con la sensibilidad y la urgencia que la ocasión requería para casos extremos. El decreto de protección de los deudores hipotecarios, aprobado en el Consejo de Ministros, es la respuesta esperada”. Han leído bien. “Protección de los deudores hipotecarios”, eso pone. Y también “respuesta esperada”.

Iguala la apuesta jabonosa, faltaría más, el editorialista de ABC, que empieza glosando el apaño como “Un plan necesario y razonable”. Para que la martingala penetre en la piel, replay en el arranque de la pieza: “El plan aprobado por el Gobierno combate con eficacia y realismo un grave problema social”. Eso está muy bien, pero aún hay algo mejor, que apunta al borde del éxtasis el entregado amanuense del vetusto legajo: “Y todo ello sin vulnerar la imprescindible seguridad jurídica que, en todo momento, debe regir en un Estado de Derecho”. Todo ventajas, oigan, me quitan los Decretos de las manos.

Menos entusiasta, pero también acompañando con las palmas, El Mundo encabeza su editorial tal que así: “Un paso adelante en la solución de los desahucios”. En el primer párrafo todavía queda más bonito: “El Gobierno aprobó ayer un decreto ley que entrará en vigor de forma inmediata por el que se paralizan los desahucios en ejecución durante un periodo de dos años. Igualmente, se creará un fondo social, con aportaciones públicas, para alquilar pisos a muy bajo precio a las personas que hayan perdido su vivienda”. Falta, claro, la letra pequeña, lo de los mil y un requisitos que hay que reunir para acogerse a los amagos de medidas. Bah, un detallito menor.

En el papel de pinchaglobos, Libertad Digital. Ni colectivos vulnerables ni leches. El que no pueda pagarse un techo, a la rúa, a ver si va a cundir el ejemplo. Algo así viene a decirnos su disgustado editorialista: “La normativa resulta todo un estímulo para que cambie algo que hasta el momento era una ley no escrita: lo último que los españoles dejan de pagar es la hipoteca. De ahora en adelante ya no estará ahí la más poderosa razón que había para ese comportamiento, que hasta el propio De Guindos ha reconocido: ahora no te van a echar de tu casa, por mucho que no pagues”. Hace falta ser... lo que están pensando ustedes.