Esta historia bien podría ser la que escribió Eduardo Mendoza sobre Gurb, y no porque vaya de extraterrestres, sino por las peripecias de sus protagonistas y lo absurdo de algunas escenas. Sin noticias de ERC y tampoco de la Abogacía. No hay respuesta. Todo sigue igual. No news, ¿good news? Depende. Si preguntan a la derecha es porque Pedro Sánchez ya no sabe qué más entregar a los republicanos para que le invistan y llegue a España el Apocalipsis. Si lo hacen en la izquierda, es porque todo lleva su tiempo, más un acuerdo que cambiará el ciclo de la política. Matices, flecos, consultas... Sea como fuere, la investidura se ha convertido en el mayor espectáculo, quizá no del mundo, pero sí de la política española en los últimos tiempos.
El Congreso de los Diputados lo ha dispuesto todo “por si acaso” porque así se lo han indicado desde La Moncloa: “Que esté todo listo porque puede ser en cualquier momento”. Puede que sea el 30 de diciembre, puede que el 5 de enero, esto es en Navidades o en Navidades, que así a la vuelta de las vacaciones los españoles ya solo hablarán del nuevo gobierno, y el trago de la investidura lo habrán digerido a la vez que el último langostino.
Pues, todo a punto, incluso el reparto de escaños, que no ha sido un antojo de la Mesa, sino una obligación previa para cuando llegue el momento de la votación que cada diputado tenga asignado su sitio y pueda ser debidamente indentificado. E ídem con el calendario. La Cámara ha habilitado los días que el Reglamento no prevé que puedan convocarse sesiones, es decir el sábado 28 y el domingo 29.
Pues aún así ERC no se decide. Ni con escrito ni sin escrito de la Abogacía del Estado sobre la inmunidad de Junqueras que, dicho sea de paso, ha decidido tomarse su tiempo y aún no ha emitido pronunciamiento alguno. Es lo que tiene tanto equilibrio y tanta consulta para abrazar la versión más pragmática del independentismo, que hay que mirar de reojo al socio en Catalunya y tratar de exprimir al máximo al que previsiblemente lo será en Madrid.
Un socialista dice: “Ciudadanos no ha calculado bien los efectos de la bomba de relojería que arrojaría sobre el escenario de la negociación en este momento si pasará del no al sí solo a cambio de pactar con ellos los próximos presupuestos. Tendríamos que decidir si seguir negociando con ERC o aceptar los votos del partido naranja e interrumpir este sainete. Nos dejarían sin argumentos y harían tambalear el acuerdo con Podemos, que trataría de arrastrarnos pese a todo al pacto con Esquerra”. Sería una forma de reventar el tablero, en efecto. Pero para eso en Ciudadanos tendría que haber señales de vida inteligente que, en los últimos tiempos, no asoman por ningún lado. Ni con Rivera ni sin Rivera.
En el PSOE hay desolación. Todo el mundo da por hecho que habrá acuerdo y por tanto investidura, a pesar de la falta de información, lo que no se entiende es que La Moncloa se haya empeñado en que el pleno se celebre en medio de las Navidades, bien antes de Fin de Año o en la víspera de Reyes: “No hay necesidad de trasladar la imagen de una investidura clandestina, y mucho menos movilizar a 350 diputados y decenas de funcionarios cuando no hay una fecha límite”.
No todo es cuestión de fechas, sino también de imponderables. Y la inhabilitación de Torra podría ser una que disuadiera a ERC de favorecer la investidura. Con un ojo en el pragmatismo y otro en las elecciones catalanas, no puede permitirse que sus socios en la Generalitat le acusen de botifler y les arrebate la primera posición del tablero que hoy le otorgan todas las encuestas. Hay doctrina jurídica para hacerlo. La misma que apartó de su cargo al ex alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, por un delito de desobediencia al demorar durante casi un lustro la ejecución de una sentencia judicial que le obligaba a restaurar la legalidad en el edificio de Caja Duero, en la Plaza de Zorrilla, inmueble donde el regidor tenía un piso y en el que se habían cometido distintas irregularidades urbanísticas. La sentencia le condenó a un año y un mes de inhabilitación especial para empleo o cargo público de alcalde o concejal y tuvo que entregar su acta sin esperar a que la condena fuese firme.
Pues seguimos, aún a riesgo de que caiga sobre la escena una bomba de neutrones de imprevisibles consecuencias, sin noticias de ERC, de la Abogacía del Estado, de Pedro Sánchez o de la fecha de la investidura. Pero el Gobierno en funciones les desea que sean felices en Nochebuena. Que ya si eso tendrán noticias para las uvas o para los Reyes que, como son Magos, pueden ser los portadores de las buenas nuevas. En fin, que seguimos para bingo.