¿La nueva Asociación de Diarios Españoles?
Si todo va como está previsto, el nuevo presidente de los periódicos españoles será un editor de prensa diaria regional. El acuerdo implícito entre los miembros de la AEDE establece un “turno” rotatorio en la presidencia que ahora sería para Javier Moll, presidente del grupo Prensa Ibérica, que publica una quincena de periódicos por toda la geografía nacional. El editor sustituirá a José Luis Sainz, consejero delegado de PRISA, editora de El País.
Lo novedoso del nombramiento de Moll, que a su vez es presidente del Instituto de la Empresa Familiar, es que el máximo cargo de representación de los diarios españoles recaería por primera vez en muchos años en el dueño de una empresa periodística y no en los directivos de ellas.
Al parecer, el editor Moll ha puesto importantes condiciones para conducir la nave del sector de los impresos que zozobra a marchas forzadas por el descenso de ventas de ejemplares y la continua caída de los ingresos publicitarios. De entrada, quiere incorporar al seno de la asociación a los periódicos gratuitos y a los nativos digitales de ámbito nacional sin exclusión. La AEDE debería cambiar sus normas para acoger a los nuevos miembros de pleno derecho y no todos los actuales asociados estarían por la labor. La asociación excluye expresamente en su artículo 3 a todos los medios que no sean impresos y que no sean de pago.
Está claro que un empresario como Javier Moll tiene otra forma de mirar al futuro que no se corresponde con la actuación hasta la fecha de la organización empresarial de los editores de prensa: busca unir a todos los medios para conseguir más fuerza representativa frente a gobierno e instituciones y actuar como verdadero lobby frente a la fiscalidad de la prensa digital, el duopolio televisivo o el reparto publicitario opaco de las campañas gubernamentales, entre otros asuntos.
Sin embargo, las diferencias de criterio entre los medios nativos digitales y los impresos acerca de la Ley de Propiedad Intelectual y de la llamada tasa Google pueden ser irreconciliables y dar al traste con la nueva AEDE que persigue el editor. También el debate interno entre los editores de periódicos impresos, unos partidarios de la “ampliación” de la asociación y otros reacios a ella, si no se pone límites, puede impedir el proyecto de Moll.
De no ponerse de acuerdo entre ellos en los próximos días será difícil que los editores de diarios impresos levanten la cabeza para mirar más allá de sus propias limitaciones como sector en crisis que son.