Hace treinta años que Stone estrenó 'JFK: caso abierto', donde ya mostró todas las incongruencias en torno a la versión oficial del asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas en 1963. Una versión oficial, presentada por la Comisión Warren, creada ad hoc, que concluyó que el asesino fue el pistolero solitario Lee Harvey Oswald, que a su vez fue asesinado tan solo dos días después estando bajo custodia policial, sin que pudiera haber juicio alguno.
Ahora Stone vuelve a la carga con una documentación desclasificada que convierte el “caso abierto” en “caso revisado”, es decir, con algo más que sospechas sobre la existencia de una conspiración que va más allá de un loco asesino. Algo que ya piensan tres de cada cuatro estadounidenses. Han sido dos millones de documentos que estaba previsto que se desclasificaran en 2029 y que se ha adelantado.
Stone desmonta con testigos, documentos y expertos, todos los elementos en los que se sustentaba la Comisión Warren: la supuesta única “bala mágica” que provocó todas las heridas resulta que eran varias y desde diferentes ángulos, el modelo de rifle que poseía Oswald no era el utilizado en el asesinato, las empleadas del edificio desde el que supuestamente disparó explican que nunca lo vieron, los forenses que estudiaron el cadáver fueron presionados para cambiar sus informes, las fotografías de la autopsia no correspondían con el cuerpo de Kennedy...
La trayectoria del presunto asesinato también es desmontada en el documental, así como el paralelismo con otros dos complots previos desarticulados para asesinar a Kennedy.
El trabajo de Oliver Stone también muestra quiénes son los que empuñan el “arma humeante” en el asesinato de Kennedy. Veamos: Kennedy descubre que la CIA tramaba derrocar a De Gaulle en Francia en contra del criterio del presidente estadounidense.
La CIA asesina al presidente Lumumba, del Congo, por quien Kennedy estaba intercediendo. La CIA estaba planificando diversos atentados de falsa bandera en Cuba para justificar una invasión estadounidense en la isla.
Kennedy quería retirar tropas de Vietnam en contra del criterio de la CIA. Kennedy tenía previsto cesar a la cúpula de la CIA por fuertes discrepancias en política exterior.
La conclusión es clara: “Cuando han matado a un presidente a plena luz del día y delante de toda la gente estás mandando un claro mensaje a cualquier líder político”.
La película nos muestra que los que tenían que descubrir la verdad, la justicia y las fuerzas de seguridad, no lo hicieron; pero tampoco lo hizo ese cuarto poder que es la prensa y que se supone vigila a los otros tres y sus cloacas en nombre de los ciudadanos. Tuvo que ser el cine, bueno, en realidad, Oliver Stone.