Paisajes para antes de la batalla

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"Aquella acumulación de indicios no era simple producto de la casualidad sino que llevaba, por así decirlo, su propia dinámica, una dinámica todavía oculta"

Quisieron montar una batalla en el hemiciclo durante la votación de la Ley de Amnistía y nos auguran otra en el “frente judicial”. Nadie parece dudarlo. Los contrarios a la amnistía fían a las togas su vindicación y la dinamita pa los pollos y los favorables, la emprenden ya contra los soldados franquistas de la puñeta dispuestos, dicen, a acabar con el gobierno, o hasta con la democracia, en una prevaricadora lucha sin cuartel y sin ley. Si quieren mi pronóstico habrá trajín pero no será de sangre. La batalla jurídica será larga, compleja, técnica y acabará por aburrir a las ovejas.

Paisaje número 1.- No puede haber más propaganda respecto al cierre de filas de lo que podríamos llamar el “comando indomable” de fiscales de Sala. Otros les dicen los cuatro jinetes, pero no veo yo un Apocalipsis en el horizonte. Lo de los fiscales “indomables” es un clásico que se reedita cada cierto tiempo. Ya Ortiz Úrculo le heredó otros cuatro a Granados, los originales (Gordillo, Rubira, Fungairiño y Dolores Márquez de Prado) y ahora Álvaro García le ha heredado otros cuatro a Dolores Delgado (Zaragoza, Cadena, Moreno y Consuelo Madrigal). Una tradición fiscal ya, como los cuatro mosqueteros pero llevando a una mujer de D'Artacán. 

A los periodistas les ha puesto cachondos porque se plantan. A unos porque encarnan a sus irreductibles galos por la unidad de España y a otros porque personifican el entorpecimiento malvado de la aplicación de una ley aprobada por las Cortes. El caso es que para el común enardecimiento han acudido a la cita con su jefe el fiscal general, para decirle que no le van a hacer caso y que la malversación de Puigdemont no se puede indultar. Es más, en el informe realizado antes de la promulgación de la ley hasta le sugieren a la Sala II lo que debe preguntar al TJUE en su cuestión prejudicial; siempre tan serviciales ellos. No ha sucedido lo mismo con los fiscales catalanes convocados, que se han avenido a concertar las peticiones de aplicación con su superior. Tomen nota de esto porque nos será útil. 

Tampoco hay para tanto: tres fiscales y una fiscal, todos a una, dicen que de perder la mano sobre el tema que más influencia política les ha dado en los últimos tiempos ni hablar. Vaya, los antiguos indomables también andaban liados con los GAL y el caso de Mario Conde, nunca se rebelan por un quítame allí un robagallinas. Son una parte y ni siquiera sabemos si competente. Mucho ruido y pocas nueces. 

Paisaje número 2.- Todo el mundo mira a la Sala II para hacer cábalas con respecto al futuro de Puigdemont pero ¿es hacia allí hacia donde hay que mirar? Recuerden que García-Castellón les mandó la milonga caliente del “terrorista” Puigdemont por estar este aforado al Supremo en su condición de eurodiputado. No voy a entrar en que ese aforamiento concreto no figura en ninguna ley y es una auto atribución como de facto sucede. Un tema ese de la competencia sobre el que ya dijo algo el TJUE en la sentencia de Puig. A partir del lunes 10, Carles Puigdemont ya no será eurodiputado sino diputado del Parlament catalán, es decir, aforado al Tribunal Superior de Cataluña. 

Otra batalla estalla aquí. Mientras que la Sala II va a defender que los parlamentarios catalanes siguen sometidos al TS porque los delitos que han cometido se han producido fuera de Cataluña según recoge el artículo 57 del Estatut, los del ex president consideran que ese aforamiento decae y van a pedir que se reexpida al TSJC. Recuerden aquí el apunte sobre los fiscales catalanes. Los de Marchena consideran que la malversación se produjo a través de Diplocat, aunque sigamos sin comprender muy bien por qué los gastos de ese consorcio pueden ser delictivos. Tampoco voy a intentarlo, es muy difícil, recuerden que en la querella inicial Maza sostenía que los delitos en el exterior tenían que ver con que las papeletas del referéndum se habían impreso en Elna (Francia) y las urnas eran de origen chino. Que sí, que sí, que no es broma.

La cuestión, me dirán, es que al Supremo le da igual lo que diga Puigdemont. Lo cierto es que al estar previsto presentar una prejudicial todo esto se dirimirá de nuevo en el TJUE y ahí es donde piensan batallar de nuevo. Esto sólo significa un pleito alargado en el tiempo, técnico y sin probable incidencia ya en la vida política. Es más, puede que hasta alguno de los indomables se haya tenido que jubilar para cuando termine. De lo del “terrorismo” es que no habla nadie. Es tan risible que una cosa es admitir a trámite y otra que nadie vaya a embarrar su prestigio profesional por una txotxolada así. García-Castellón se jubila y se va a casa el 16 de octubre. 

Paisaje número 3.- ¿Va a venir Puigdemont? ¿Lo van a enchironar? Si tuviera que apostar diría que va a venir a su propio intento de investidura, o bien al de Illa si éste fuera en primer lugar, y que a ver quién le detiene antes de entrar en un parlamento ya que en el interior es imposible. En todo caso, se puede avanzar que una detención no supondría a priori más allá de su puesta a disposición para declarar y su posterior puesta en libertad. El delito que le queda pendiente es de índole menor. Por una malversación no se mete a la gente en prisión preventiva y mucho menos si tienes una ley que dice que lo amnistía y que se levanten las cautelares. Una cosa es que tengas dudas sobre si la ley le afecta o no -y por eso la prejudicial- y otra que la libertad es el bien más preciado y ante la duda prima la libertad. Eso no hay juez que se lo salte y ante Europa sería un escándalo mayúsculo. Insisto en que si lo que se pretende es meterle en prisión bajo legislación terrorista, a un señor que estaba en Bruselas cuando se produjeron las manifestaciones de Tsunami que todo el continente vio, creo que está fuera de cuestión ahora mismo.

Paisaje número 4.-  Mucho quejarse y mucho rajar de lo que algunos llaman el círculo de poder “dentro de la M-30” pero les aseguro que hasta los catalanes listos saben dónde y con quién hablar aunque sea metidos dentro de los túneles de la M-30. La cuestión es que no hay mucha voluntad por parte de nadie de que ingresen más independentistas en prisión. Hasta Feijóo lo dijo a las claras. Recomiendo vivamente no despreciar al adversario, no pensar que es idiota y, por contra, escuchar lo que dice. Más que nada porque se están cruzando recaditos en alta voz y es bueno darse cuenta. Uno de los últimos -achacado erróneamente por algunos a la falta de predicamento dentro de su propio partido- tuvo lugar cuando el líder del PP afirmó que confía “en que los jueces y la UE paren el ataque”, o sea, que él está a otra cosa. Tampoco tiene prisa por presentar un recurso de inconstitucionalidad, por mucha que se hayan dado Ayuso y adláteres para hacerse propaganda, ya que además no tienen competencia para interponerlo. Escuchar los silencios es importante, tanto como mirar las fechas en los documentos judiciales. 

Paisaje número 5.- Sería este el escenario fundamentalmente político. Las próximas semanas van a ser enloquecidas. Todo gira en el horizonte: entrega del poder a Puigdemont para salvar a Sánchez, mociones de censura, convocatoria de elecciones... lo que menos cotiza es que no suceda nada de nada, porque si nada de nada sucediera nada de nada podría hacerse en esta legislatura. La situación actual es insostenible tanto para Sánchez, que está en el gobierno y no puede gobernar, como para todos los que consideran que él es el enemigo a batir, un enemigo que supera ya a Puigdemont en la categoría de malvado de Marvel. Alguien moverá ficha, con toda seguridad. Así que prepárense para la montaña rusa, la sorpresa, los programas especiales y el aliento contenido. Esto no ha hecho más que empezar.