El pasado viernes, Albert Rivera nos despertó, una vez más haciendo gala de su sentido de estado, compromiso y responsabilidad interpretado de una forma excesivamente mediática y muchas veces excediendo sus limites, comunicando a los ciudadanos que pedirá al rey interceder en las negociaciones para la investidura. El líder de Ciudadanos, en una entrevista en El País, afirmó que le dirá a Felipe VI que les “ayude a convencer al PSOE y al PP de que dejen de darse la espalda permanentemente”.
La presidenta del Congreso, Ana Pastor, recogió las criticas unánimes de todos los partidos y recordó que el papel del rey ante la ronda de consultas que esta semana ha iniciado con los partidos políticos es el que marca la Constitución.
Pastor respondió así a los periodistas en el Congreso al ser preguntada sobre si cree que el rey debe interceder en las negociaciones para la investidura como ha sugerido el líder de Ciudadanos. “¿Cuál es el papel del rey?”, era la pregunta a la que Pastor ha respondido: “El que dice la Constitución”.
La Carta Magna establece en su Título II (De la Corona) las atribuciones del Monarca. El artículo 56 señala que “el rey es el Jefe del Estado, símbolo de unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes”.
Así, entre las funciones que, según el artículo 62 de la Carta Magna, corresponden al rey está proponer el candidato a presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución“.
En las palabras del articulo 56 de la constitución se le atribuye al rey el deber de arbitrar y moderar por el funcionamiento regular de las instituciones. Es evidente, por lo tanto, que su papel en esta ronda de negociaciones puede ser muy diferente a lo que pasó después del 20D . Sin animo de decir al rey lo que tiene o no hacer, estoy seguro que Felipe VI lo sabe perfectamente, yo considero que el rey tendrá un papel más activo en este caso. Sus reuniones desde el martes y especialmente las de este jueves con los líderes de los cuatro partidos principales estarán llenos de consejos y sentido de estado. En su papel de arbitro el rey no tiene que presionar los candidatos pero sí dar consejos, moderar si hay conflictos entre las partes. Todo dependerá de como lleguen los candidatos. Si este jueves se mantienen vetos, líneas rojas y limitaciones a que haya pronto un nuevo Gobierno, estoy seguro que el rey, en el caso que vea posibilidades reales de poder jugar un papel importante en las negociaciones, lo hará por el bien del País. Es para mi su responsabilidad en este caso en el cual está en juego el buen funcionamiento del Pais.
Algunos apuntan que el papel mediador del rey para desatascar la situación, podría llegar incluso a proponer a un candidato alternativo y de consenso entre los tres partidos en liza o un independiente como pasó en Italia con el nombramiento por parte de Napolitano,Presidente de la República Italiana, de Mario Monti. “Tras las elecciones del pasado mes de diciembre no podía hacerlo, no tocaba, sin embargo ahora es diferente, se ha dado una segunda oportunidad y si la situación sigue siendo la misma, debe desencallarse, aunque sea proponiendo a un candidato de consenso”.
Desde luego es sólo una posibilidad, pero prevista en la Constitución, que otorga al monarca la potestad de proponer a un candidato a la presidencia del Gobierno que, como marca la Carta Magna, no tiene porqué ser diputado, y bastaría con que recibiese el respaldo de la mayoría absoluta de la Cámara.
Personalmente no creo que llegaremos a esta situación. A pesar de la situación actual creo que con la ayuda del rey desde esta semana las cosas empezarán a acelerarse y en agosto tendremos Gobierno, quizás no la primera semana de agosto como pretende Mariano Rajoy. ¡Mucho me temo que sus vacaciones comenzarán, este año, un poco más tarde!