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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

¿Qué está pasando con el Libor y el Euribor?

Francisco Jurado Gilabert

Francisco Jurado Gilabert, investigador en la Universidad Pablo de Olavide, miembro de Democracia Real Ya e impulsor de #OpEuribor

Con la millonaria multa impuesta al banco británico Barclays y las comparecencias de algunos de sus máximos responsables, desde la iniciativa #OpEuribor hemos podido constatar lo que ya sospechábamos: los índices interbancarios estaban siendo manipulados por los propios bancos en su beneficio. Ahora que esta certeza existe, ¿qué podría pasar si cada uno de los afectados por una hipoteca referenciada en estos índices reclama por los intereses cobrados de más por los bancos?

Durante los últimos días ha alcanzado cierto revuelo, si bien menos de lo debido, la constatación de la manipulación del Libor (London InterBank Offered Rate), el índice de referencia para fijar los tipos de interés de préstamos y operaciones análogas que se extrae del mercado interbancario británico. En éste concurren 16 bancos, entre ellos, gigantes financieros como Barclays, HSBC o Citigroup. more

Hasta ahora, han salido a la luz correos electrónicos donde traders brokers acordaban con trabajadores de esos bancos si debían subir o bajar el interés que comunicaban a la autoridad competente para la fijación del Libor, que no es más que una media del dato que publican a diario estas entidades.

Se habla también de multas que rondan los 500 millones de euros, a priori, una cifra considerable, pero que mengua si la comparamos con otras sanciones por alteración de la competencia, como la que recibió Microsoft, cercana a los 900 millones. Pero más ridículas aún parecen esas multas cuando, según publicaba el diario económico Financial Times el pasado marzo, el volumen de negocios, préstamos o contratos relacionados con el Libor de manera directa o indirecta podría alcanzar los 350.000 millones de dólares.

Desde la iniciativa #OpEuribor, estamos siguiendo de cerca todo lo que ocurre alrededor de este histórico y todavía presunto fraude bancario, porque el Euribor, nuestro tipo de referencia, tiene elementos de fijación comunes con el Libor, y porque esos gigantes financieros antes mencionados también participan en el panel de la Agencia Bancaria Europea (EBF).

Esta entidad es un conglomerado de 43 bancos (los más importantes de Europa más algún otro extracomunitario), constituido según la Ley de Sociedades belga como una asociación sin ánimo de lucro que, sin embargo, es la propietaria de la marca comercial Euribor. Junto a Thomson Reuters --la mayor corporación de información financiera y publicaciones científicas--, es la encargada del cálculo diario y publicación del tipo de referencia por el que se guían la inmensa mayoría de las hipotecas en nuestro país, entre otros aspectos.

Consideramos, al estudiar toda la información que está apareciendo sobre este tema, que se están obviando los elementos de análisis más importantes a la hora de comprender el origen de las manipulaciones y el potencial efecto que este escándalo puede tener para el sistema financiero. Sobre todo, para saber qué ocurrirá cuando se contagie desde las islas británicas al resto de Europa. Recordemos, pues, que la Comisión Europea investiga posibles manipulaciones del Euribor desde octubre de 2011.

En primer lugar, ningún analista o autoridad ha entrado a valorar si este tipo de índices ha de calcularse mediante la mera declaración de voluntad de los bancos --es decir, haciendo la media del total de tipos de interés al que estarían dispuestos a prestarse dinero entre ellos--, o si realmente se debería requerir que se produjesen operaciones efectivas a esos tipos de interés.

En la legislación española, este elemento es capital, ya que las circulares del Banco de España 5/1994 y 7/1999, que regulan el antiguo Mibor (interbancario español) y su sustitución por el Euribor, mencionan expresamente que los tipos ofertados por los bancos deben materializarse en operaciones cruzadas que garanticen la objetividad y neutralidad en la formación del dato.

Si no se requiriesen estas operaciones, estaríamos hablando de la conformación de estos tipos de referencia mediante una simple encuesta a los bancos, con lo que cada uno podría ofertar el tipo que quisiese y no tendría sentido estar hablando ahora mismo de manipulación. Eso sí, estaríamos reconociendo que en la relación contractual de préstamo entre un banco y un particular, la potestad de fijar los intereses del mismo se deja a voluntad de una de las partes, precisamente, de la más fuerte.

En segundo lugar, a pesar del empeño de las autoridades en aparentar firmeza mediante la imposición de multas y sanciones, están silenciando la mayor consecuencia: de demostrarse finalmente el amaño, surge la posibilidad por parte de empresas y particulares de impugnar por vía judicial todo contrato afectado o relacionado, directa o indirectamente, con alguno de estos tipos de interés.

En la Teoría General de los Contratos, en su especialidad de préstamos, el tipo de interés constituye el elemento esencial, ya que fija el precio que se ha de pagar por la operación. En conclusión, si se demuestra que ese elemento ha sido maliciosamente alterado por una de las partes, el contrato podría declararse nulo, si no en su totalidad, al menos sí en cuanto a sus intereses.

Como cualquiera puede concluir, esto daría lugar a un terremoto financiero de consecuencias difícilmente valorables o cuantificables, que llevaría a la banca, por fin y después de muchos años de prácticas fraudulentas, a una quiebra sin paliativos.

Sabemos por descontado que las autoridades intentarán por todos los medios evitar esta salida, que sería la justa en atención a las leyes. Ya han comenzado, tanto en España como en Reino Unido, los movimientos para sustituir estos tipos de referencia por otros y, probablemente, intenten cerrar en falso el escándalo con la imposición de sanciones simbólicas y con alguna cabeza de turco.

En lo que nos concierne a nosotros, como movimiento ciudadano que busca acabar con la mala praxis de los bancos y con su impunidad, no dudaremos en emprender acciones judiciales distribuidas contra los bancos españoles que forman parte de la Agencia Bancaria Europea. A su vez, pondremos a disposición de todo afectado los textos, investigaciones y demandas que vayamos elaborando.

Es el momento de plantar cara a aquellos que rigen el mundo, a los que provocaron el estallido de la crisis, a los que desahucian y estafan con la connivencia y complicidad de las altas esferas políticas. Junto a iniciativas como #15mPaRato o #Tomatubanco, somos las personas las que tomamos la iniciativa para llevar a cabo un necesario #NürembergFinanciero.