Pedir perdón y que resulte sincero

18 de abril de 2024 22:17 h

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No es fácil hacerlo y menos que quienes han sido ofendidos acepten las disculpas. Para pedir perdón y que resulte sincero es imprescindible ser consciente del daño causado, ponerse en el lugar del otro y sentir el dolor ajeno. Si las disculpas no son sinceras y además se acompañan de argumentos y peros, la excusa será en vano. Es cuestión de sinceridad y de empatía. 

En declaraciones a Radio Euskadi, Pello Otxandiano, el candidato de EH Bildu a lehendakari, ha pedido perdón si con sus palabras sobre ETA ha podido “herir la sensibilidad de las víctimas”. Acto seguido, animó a todos los partidos a sacar el asunto de los intereses partidistas al tiempo que recordó que la izquierda abertzale ha dado “pasos”, que pueden resultar “insuficientes”, pero que “los seguirá dando”. Trataba así de soslayar la polémica generada por sus palabras en una entrevista con el periodista Aimar Bretos en la que no reconoció a ETA como una organización terrorista y utilizó como evasiva la expresión “grupo armado”

Sus palabras han dado argumentos a sus rivales más directos en la recta final de una campaña electoral que hasta entonces transcurría plácida, sin sobresaltos, sin excesivo interés fuera de Euskadi y sin alusiones a la banda terrorista. De repente, Bildu recordó más a Herri Batasuna que a Eusko Alkartasuna, y el resto de partidos decidió poner el foco en “la cobardía” o la ausencia de autocrítica de la coalición de la izquierda abertzale que lidera las encuestas y el próximo domingo podría arrebatar la hegemonía al PNV. 

La polémica, que según fuentes de la coalición abertzale, “la han buscado los socialistas vascos desde el principio de la campaña”, no parece que vaya a afectar al resultado de las urnas, a tenor de los tracking diarios que maneja Bildu, y en los que la candidatura de Otxandiano “sigue subiendo”.  No parece, a priori, que tenga demasiada lógica que el PSE lleve al centro del debate un asunto que le deja claramente en evidencia por la alianza que mantiene en Madrid con los abertzales y el uso implacable que la derecha en Madrid hace de ello. Pero aun así, en Bildu entienden que es una jugada “a la desesperada” en la recta final de la campaña y ante unos sondeos propios que les dan resultados “bastante peores de lo publicado” por algunas empresas demoscópicas. 

Sea como fuera y ante el firme y declarado compromiso de Bildu de no poner en riesgo el mandato de Pedro Sánchez independientemente del gobierno que resulte en Euskadi tras el 21A por “una cuestión de responsabilidad”, la pregunta es el porqué de la negativa de Otxandiano a referirse a ETA sencillamente como lo que fue, una banda terrorista que causó más de 800 víctimas mortales. 

La respuesta no es fruto de la casualidad, del desconocimiento o la desmemoria, sino más bien obedece a la necesidad de hacer un ejercicio de equilibrismo para no perder sus apoyos históricos y a la vez ensanchar la base electoral a costa del PNV y el PSE. Y también, claro, al temor a que dentro de Bildu pueda surgir una escisión a modo de una CUP vasca que ponga en riesgo el camino recorrido en los últimos años por los de Otegi. “Este tema hay que sacarlo del foco mediático” porque exige discreción. Yo estoy con las víctimas de ETA pero este trabajo se hace fuera de los focos mediáticos y, sobre todo y ante todo, fuera de los intereses electoralistas“, defiende el candidato de Bildu.

Pello Otxandiano, doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones, viene de Sortu -la marca heredera de la ilegalizada Batasuna- y sabe bien que mientras en las cárceles españolas siga habiendo 150 presos de ETA, el sector más radicalizado de Bildu no recorrerá el camino que la sociedad sigue esperando que recorra hasta admitir el daño causado y reconocer que las víctimas son las depositarias fundamentales de la memoria de todos esos años, además de las garantes de que nadie vaya en el futuro a reescribir la historia o a ofrecer un relato alternativo de lo que fue ETA. 

Por eso habla en términos grandilocuentes de lo que hubiera preferido no tener que hablar en esta campaña y por eso define a la izquierda abertzale como “a un agente de dolor en el pasado, que después fue parte de la solución y que hoy está en disposición de ser agente de la reconciliación”. Su petición de perdón no resulta sincera. Porque se extiende en largas explicaciones, porque añade siempre un pero, porque pareciera decir que para él no resulta ofensivo lo dicho y que sólo pide perdón por las molestias causadas, no porque realmente lo sienta… Y porque, en el fondo, lo hace por el mismo interés electoral con el que reprocha a sus contrincantes haber introducido a ETA en campaña.

Otxandiano sabe bien lo que hay en juego y de ahí que hable de cambio de ciclo para no abjurar del pasado, a pesar de que el adversario utilice esta estrategia para despertar un voto durmiente que beneficie finalmente al PNV. Al fin y a la postre, a pesar de los nervios ante el avance de los abertzales, los de Ortuzar tienen la certeza de que, aunque Bildu le arrebate la primera posición del tablero como dicen los sondeos, seguirá en el gobierno con el PSE. Y el próximo lunes, en Euskadi, ya nadie volverá a hablar otra vez de ETA.