Perros y voluntad
Dos noticias sobre perros han coincidido esta semana: una, horripilante; otra, esperanzadora. Sobre perros y sobre voluntad. La primera llegó desde China, aunque la trajo la organización española Igualdad Animal, cuyas exhaustivas investigaciones sobre derechos animales están convirtiéndose en referente nacional y mundial. Activistas de IA se han infiltrado en mataderos de perros y mercados de carne (Leizhou, Foshan, Jiangmen, Pengjiang, Zhanjiang…) para mostrar la espeluznante situación de los casi 50.000 perros que mueren diariamente para abastecer a la industria y el comercio de la gran potencia económica del futuro. Diez millones de perros son matados cada año en China. No solo se consume su carne (como también en Vietnam, Corea, Tailandia, India, Indonesia, México, Filipinas e incluso Suiza), sino que se aprovecha su piel para elaborar toda clase de prendas y objetos.
Cuellos de abrigo, forros de cazadora, relleno de botas, peluches infantiles: cuando por poco dinero alguien adquiere una de estas cosas en esas tiendas que llamamos chinos, cuando alguien se hace con algo muy suave Made in China, es probable que proceda de un perro que ha sido secuestrado de la calle o robado a su familia, hacinado en una jaula, aplastado junto a otros y trasladado a un matadero. Lo más probable es que haya sido apaleado con saña, acuchillado y aterrorizado a conciencia, pues en China se cree que cuanto más sufre el perro más afrodisiaca es su carne, rebosante de adrenalina. Lo más probable es que, para conseguirlo, haya sido despellejado y troceado cuando aún está vivo.
Todo esto ha sido grabado por IA con cámara oculta, corriendo enormes riesgos personales y anteponiendo el objetivo a un horror que para la gran mayoría sería insoportable. “Lo que vi en esos lugares aún me persigue”, cuenta Thomas, uno de los investigadores. Solo la firme voluntad de dar a conocer esta crueldad le permite sobreponerse a la experiencia del infierno. Una voluntad que se plasma en vídeos, fotos y en una información que en España han publicado El Mundo y Tele5, de la que se han hecho eco Sky News y la italiana TG1, y que, próximamente, aparecerá en medios de Alemania y Estados Unidos. El objetivo es tratar de acabar con esa barbarie trasladando fuera de China la voz de muchos activistas chinos que claman por una ley de protección animal en un país donde los animales carecen del más mínimo derecho. Tendemos a una injusta generalización sobre la crueldad del pueblo chino, olvidando cuánto apoyo necesitan del exterior. Igualdad Animal ha lanzado al efecto la campaña www.sinvoz.org
La voluntad de la que hablo es de naturaleza ética y de espíritu solidario. Es el impulso que se sigue tras una toma de decisión personal que obliga a actuar frente a las injusticias, a comprometerse con las víctimas, a responsabilizarse de lo que sucede alrededor. Es aplicable a cualquier causa y las grandes victorias de la historia de la humanidad son su fruto: voluntad frente a la segregación racial, voluntad frente a la dominación machista, voluntad frente a la discriminación sexual, voluntad frente al abuso de poder. Es una voluntad que es lucha.
Pero tras el esfuerzo de esa voluntad individual hace falta una voluntad política que registre sus reivindicaciones, los logros de su sensatez. Voluntad política de quienes tienen la capacidad para dicar leyes avanzadas, para modificar las caducas, para derogar las inaceptables. La segunda noticia sobre perros de la semana tiene que ver con ambas voluntades: Micaela de la Maza creó hace tiempo la web SrPerro (www.srperro.com) para dejar constancia de los sitios públicos a los que podía ir con Colega, su perro. Estaba harta y supongo que escandalizada de no poder entrar en compañía del bueno y elegante Colega en la mayoría de los bares, tiendas, restaurantes y transportes públicos de Madrid, como sucede en casi todas las grandes ciudades europeas. La normativa municipal madrileña indica que los perros no pueden entrar en tiendas de alimentación (reminiscencias de la miseria de este país, en el que los perros eran desechos sarnosos y descuidados), aunque sí en bares, cafés y restaurantes, siempre que se indique de forma especifica en la puerta. Por eso Micaela de la Maza creó unas pegatinas de SrPerro que ya han colocado como bienvenida más de 200 locales en Madrid. El fruto de su voluntad.
Ahora Micaela de la Maza y Colega han conseguido que Fernando Villalonga, delegado de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, se pegue en la solapa la pegatina de SrPerro. Villalonga lleva a Mavis, su perro, a trabajar al Palacio de Comunicaciones. Dice que en su despacho no molesta a nadie y que no quiere tenerlo todo el día en casa solo, encerrado en una cocina, estresado por la soledad. Eso le honra (aunque me pregunto si los trabajadores que no son jefes o no tienen despacho privado pueden ir con su perro a trabajar al Palacio de Comunicaciones). Dice que en otros países llevar a tu perro al trabajo es habitual. Es cierto. Dice que Ana Botella comparte su iniciativa de modificar las ordenanzas municipales para que los perros puedan ir en metro y en autobús público, entrar en espacios institucionales y hasta en las cafeterías. Lo aplaudo.
Y espero verlo. Pues es el momento de recordar cuántas veces se han presentado propuestas semejantes al Ayuntamiento de Madrid, cuántas protectoras lo han solicitado, cuántas personas han trabajado para dignificar una relación que es digna de por sí, cuántas promesas incumplidas. El anterior alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, se comprometió conmigo misma en modificar la normativa “en menos de una semana”. De esto hace varios años. Lo que quiero decir es que se trata de pura voluntad política. Y que es aplicable a cualquier causa. Aquí y en China.