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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los políticos que tenemos

Al poco de su nacimiento este diario publicaba el estado de opinión de la ciudadanía sobre los políticos españoles. No era una gran novedad que estos salieran mal parados ante la opinión pública, sí lo era que el grado de insatisfacción con ellos y con las instituciones fuera tan mayúsculo.

No es una buena noticia el consabido divorcio entre los ciudadanos y los que nos gobiernan o los que opositan a gobernarnos porque, empezando por el final, quiero decir que la única manera de salir adelante es con ellos y a pesar de ellos.

He podido constatar que no solo los que tienen el valor de manifestarse en la calle, vistos los riesgos que conlleva la desmedida y absurda represión policial, sino los que mueven los hilos de las grandes empresas tienen aspectos en común: todos están indignados con los políticos y en especial con los que nos gobiernan.

Las multinacionales españolas están apostando por invertir fuera del país. Aquí ya no generan suficientes utilidades. Han decidido incrementar su presencia en otros países donde la estabilidad económica y política está asegurada y, sobre todo, donde las políticas de inversión y crecimiento de los gobiernos son claras.

En nuestro país no existe una política de crecimiento. Es falso que reduciendo el déficit hasta asfixiar al ciudadano y a las empresas vayamos a aumentar el empleo y el PIB. Si el gobierno no implementa medidas para favorecer la inversión empresarial no saldremos de esta crisis, que hoy es peor que ayer y mejor que mañana.

Vale que ya hemos aprendido que aquí gobiernan los políticos y mandan los mercados. Pero los mercados solo se pueden combatir con una economía real en crecimiento.

Las empresas del IBEX 35 no entienden que no se toman medidas con mayor agilidad, teniendo un gobierno de mayoría absoluta. Se sabe el diagnóstico y se dilata el tratamiento. Lo único que se aceleran son las medidas de ajustes y de incremento de la recaudación que socavan el consumo y el bienestar de los ciudadanos.

Si los españoles piensan que tienen malos políticos es porque estos son malos de verdad. Si los que mueven los hilos de las grandes empresas piensan que no se toman las medidas adecuadas, y se dedican a crecer fuera de nuestro país, es porque los que nos gobiernan son realmente incompetentes.

Los beneficios de las grandes empresas se van a generar fuera de España en los próximos tiempos, los empleos también. Aquí no hay política de crecimiento, solo de devastación.

La represión no está solo en la calle, también en la iniciativa empresarial y de crecimiento. No es cierto que podamos levantar este país solos y en contra de nuestros políticos. Debemos exigirles más y, sino, cambiarlos pronto.