Quince veces 11M. Lo peor de la historia de España son los muertos que resurgen una y otra vez en el camino, los errores impunes de la política indeseable. Quince veces 11M. Así los va contando la madre de una de las víctimas mortales. Marisol Pérez Urbano, filóloga y profesora de literatura, publica una intrahistoria de los atentados del 11 de Marzo de 2004, en este nuevo aniversario. Su hijo, Rodrigo, de 20 años, cayó en Atocha, muerto en el acto.
El terror irracional mató e hirió con saña, el poder político manipuló y usó, algunos medios fueron cómplices y difusores. Lo tremendo es que todos esos factores siguen ahí. Para los familiares de los fallecidos el dolor no caduca porque no caduca la ausencia ni las secuelas. Pero un fuerte componente de su sufrimiento sigue siendo pensar cómo el PP camufló sus responsabilidades manipulando la verdad. El temor para los afectados directamente y para cualquiera con conciencia es ver que siguen ahí, con sus tácticas, sin haber respondido a culpa alguna. La pérdida del poder durante dos legislaturas, a las que volvió sin regenerarse en absoluto.
El tratamiento de los atentados del 11M en Madrid es una de las más potentes páginas negras protagonizadas por la derecha española. En tiempos como estos, en los que se la relanza con grandes apoyos, conviene refrescar la memoria de sus mayores destrozos. El 11M lo fue. Y muchos, como dice Marisol Pérez Urbano, ni siquiera saben ya lo que pasó, tras haber sido sometidos los hechos a intensos procesos de lavado y lejía, tinte y vuelta a lavar.
La madre de Rodrigo edita en su libro “Dinos dónde estás y vamos a buscarte” un diario que fue escribiendo con los hechos que se iban sucediendo, las sentencias judiciales probadas, numerosos artículos de prensa y de blogs de solvencia. De un lado es un valioso registro, casi notarial. Del otro, desnuda sentimientos personales con los que cualquiera se sentiría identificado en su lugar, plasmados en textos escritos durante esos 15 años. Pena, rabia, melancolía, desesperación, angustia, duelo, búsqueda del sosiego y también de la reparación. Es lo que no llegan a entender las almas muertas indiferentes a los daños que causan.
El libro recoge la historia de factores significativos como las presiones que el PP ejerció hasta con los corresponsales de medios internacionales en España. La manipulación probada que llevó a dimitir a Jorge Dezcallar, jefe del CNI, a los siete días del 11M, como se supo mucho después. El Ejecutivo desclasificó informes de los servicios de inteligencia de forma “parcial y selectiva” para mantener la tesis que le interesaba sobre la autoría de la masacre, buscando salvar la imagen personal de un presidente, declaró a El País en 2015.
Y está el relato que se contaba allí y el que se contaba aquí.
“12 de marzo de 2004.
“Escribo estas líneas a la una de la mañana cuando aumentan las dudas sobre la autoría de la matanza de hoy en Madrid ya se sabe que en una furgoneta robada encontrada en Alcalá de Henares la policía ha encontrado siete detonadores y una cinta con versículos del Corán”, decía íñigo Sáenz de Ugarte en Guerraeterna.com
La indignación que fue saltando.
Escolar.net, 14 de marzo de madrugada, actualización.
“Escribo a doscientos metros de la calle Génova, en Madrid. Cerca de 2.000 personas se están manifestando frente a la sede el Partido Popular. pidiendo explicaciones sobre los atentados al grito de ”queremos la verdad“.
Actualización
“Mariano Rajoy considera las manifestaciones que ya son por toda España como 'antidemocráticas' e 'ilegitimas'”.
“Mientras sucedía, nosotros seguíamos en shock. Solo llegamos a ver fragmentos de algún informativo cuando nos avisaba de que había sucedido algo importante. No aguantamos mucho tiempo, las noticias nos hacían daño”, escribe Marisol.
Hay un momento en el que tras la vorágine de las condolencias, los allegados de las víctimas se quedan solos con su pena. Y llegan las cospiranoias (impunes), las comisiones, el juicio, las lejanas montañas, las risas de testigos políticos y la dignidad de las víctimas. La mochila vital de Vallecas, la persecución del comisario que la encontró. Las interrogantes planteadas en la vista oral del proceso, las respuestas y conclusiones. La sentencia. El caso cerrado. Las sombras que no dejan de esparcir los surtidores interesados.
“18 de julio de 2008
La sentencia del Tribunal Supremo lo deja todo cerrado.
Al horror de perderte se ha sumado la continua cantinela de las pruebas falsas, los intentos de manipulación, los insultos recibidos por ser víctimas incomodas para los intereses de algunos. Ha sido durísimo. No nos han dejado llorarte en paz“.
Marisol Pérez Urbano observa la realidad en cada minuto, sin hacer ruido, como detrás de la ventana. El 17 de Agosto de 2017 sufre un nuevo mazazo. Otro atentado yihadista de envergadura. Doble. En Barcelona y Cambrils. 13 muertos y más de un centenar de heridos. Vehículos que arrasan vidas. Los recuerdos rebrotan intensos. Aquí se mezclará con el procés catalán. Los políticos están enfrentando a los cuerpos de seguridad, se utiliza a las víctimas, lo hicieron el 11M y aquí también. Son declaraciones de Pilar Manjón que recoge Pérez Urbano.
El problema de España es que sus fiascos, sus abusos, son de tal envergadura que nunca terminan de taparlos, por mucho que lo intentan y embarran. Se quedan en todas las cunetas de la impunidad. El otro, enorme, inquietante en estos momentos, la facilidad con la que consiguen borrar algunas memorias para que se olvide que el mal sigue ahí con todos sus métodos.
Intensos meses los que vivimos ahora en España. La derecha se ha desgajado en tres. Una derecha brutal en muchos extremos, inyectada de ingresos y de apoyo mediático, lanzando bulos y mintiendo sin parar. El feminismo se despliega firme por las calles diciendo que no tolerará una involución. Y llega otro 11M con algunas facturas sin pagar y con el dolor inconsolable de quienes lo sufrieron en primera persona. Poderosas fuerzas en desarrollo, con base suficiente para alimentar la cordura y vencer a las tinieblas.
Rodrigo, el hijo de otra de las madres coraje que nos descubrió el 11M, dejó anclada esta magnífica reflexión en su Messenger:
“La dicha de vivir consiste en tener siempre a quien amar, algo que hacer y algo que esperar”.