Rajoy se escaquea del Debate del Estado de la Nación

Andrés Gil / Andrés Gil

España colecciona hitos inéditos: en las cifras de paro, en la escalada de la prima de riesgo, en los intereses de los bonos a diez años y ahora en la supresión del Debate del Estado de la Nación. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha decidido saltárselo este año, con lo que se libra de dos días de discusión sobre la gestión del Ejecutivo, los problemas acuciantes del país y también las propuestas del Gobierno para resolverlos.

El presidente, que sólo ha concedido dos entrevistas desde que llegó al poder --a la agencia Efe y a Onda Cero--, evita de esta manera dar la cara y dar explicaciones sobre su gestión. Así, no podrán preguntarle por las dos reformas del sistema financiero y el rescate que aún está por definir (y cuya indefinición altera tanto a los mercados). more

Tampoco podrá hablar en el Congreso de la reforma laboral que de momento no consigue rebajar unas cifras de desempleo de récord, ni por la subida de impuestos aprobada (y la del IVA que está por llegar) que en campaña dijo que no iba a hacer. La amnistía fiscal, discutida en los tribunales, tampoco se debatirá. Ni los recortes de 30.000 millones para reducir el déficit público, ni los 20.000 millones que Bankia reclama para su saneamiento, antes presidida por Rodrigo Rato por decisión de Rajoy. Ni de la gestión de Caja Madrid y Bancaja, controladas por el PP madrileño y valenciano.

De todo esto no le podrán examinar los partidos de la oposición. Como tampoco podrán pedirle cuentas por el fin del modelo de gestión independiente de los medios de comunicación público, al menos en comparación con el pasado, ni por el veto permanente a la comparecencias del presidente del CGPJ, Carlos Dívar, para explicar sus viajes. Y tampoco se podrá abordar si tendrá en cuenta las recomendaciones internacionales de tocar las pensiones, el desempleo y los funcionarios.

¿Y cuál es la razón para suprimir el debate parlamentario más importante del año? La proximidad de la investidura, que se produjo el 22 de diciembre. Es costumbre que en el año en que se celebran elecciones no se celebre el debate. Así ocurrió en 2004 y 2008 cuando las elecciones se produjeron en marzo.

Pero Rajoy ganó las elecciones en noviembre y tomó posesión en diciembre.

Sólo hay un precedente claro del gesto de Rajoy, tras las elecciones de octubre de 1989. Entonces, Felipe González no convocó el debate en 1990 y lo aplazó a 1991. No parece que la situación económica de entonces fuera tan grave como la actual.

El pleno que se convocará tras el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio, que será fundamentalmente económico y sobre el rescate bancario, será la ocasión de examinar al Gobierno.