Scoop: Iceta no es independentista

Josep Martí Blanch explica en su libro Cómo ganamos el proceso y perdimos la república que un director de un diario editado en Madrid le explicó una vez que por encima de la verdad estaba la unidad de España. Ese mismo principio es el que han aplicado esta semana algunos políticos y medios para tergiversar unas declaraciones del primer secretario del PSC, Miquel Iceta.

El origen de la polémica está de sobra explicado. En una entrevista en el diario vasco Berria, al dirigente socialista se le preguntó qué habría que hacer si un 65% de los catalanes apoyasen la independencia. Su respuesta fue que en ese caso la democracia debería encontrar un mecanismo para habilitarla. Iceta, que en esa misma entrevista se oponía a la celebración de un referéndum e insistía en su rechazo a la secesionismo, se convirtió de nuevo para una parte de la opinión pública y publicada en cómplice del independentismo.

Iceta, el mismo que apoyó la aplicación del artículo 155 para suspender el autogobierno de Catalunya, el que defiende a Felipe González a muerte, que se declara públicamente como “borrellista”, que asumió el liderazgo del PSC cuando hubo una desbandada en el partido... ese Iceta ahora tiene que escuchar que está dando oxígeno al independentismo.

El líder del PSC, que pudo ser ministro pero decidió que su papel estaba en el Parlament para explorar salidas al conflicto catalán, es uno de los políticos más conscientes de que este es un problema que no se resolverá a base de tensar más la cuerda desde los extremos. Su partido ha sido también víctima de la apisonadora del procés y sabe qué es perder votos por un lado y por otro.

Ciudadanos le echa en cara que sea demasiado tibio (como si los espectáculos del grupo de Arrimadas en los escaños de la Cámara catalana o en Waterloo hubiesen servido para algo), mientras que una parte importante del electorado independentista no le ha perdonado que fuese partícipe de la aplicación del 155. Navegar con este oleaje es casi imposible incluso para alguien que lleva tantos años como Iceta.

A los que se indignan porque el líder del PSC responda que habría que buscar una salida si el 65% de los catalanes fuesen independentistas habría que preguntarles cuál sería su solución. ¿No hacer nada como hasta ahora? ¿Hacer ver que no existen? ¿Esperar a que sean el 75%? Porque los que piensan que un día se levantarán y en Catalunya ya no habrá dos millones de independentistas deberían preguntarse por qué en 10 años la cifra de catalanes que quieren irse de España se ha triplicado.

Las preguntas son también pertinentes para aquellos dirigentes del PSOE que han reprendido a Iceta por sus “reflexiones”, en palabras del secretario de organización, José Luis Ábalos, quien considera “inapropiado” lo que dijo el primer secretario del PSC. Claro, como ha quedado demostrado en el programa electoral de Pedro Sánchez, mejor no hablar de Catalunya porque resta votos. Es legítimo y seguramente inteligente en estos momentos. Pero cuando despierten, Catalunya seguirá ahí.