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“No tenim por”

El 15 de febrero del 2003, cientos de miles de catalanes llenaron el centro de Barcelona en una de las manifestaciones más multitudinarias de las 500 que ese día se convocaron en todo el mundo. Su 'no' a la guerra retumbó en la Moncloa de Aznar y el eco no fue menor en los medios internacionales.

Este año, también en febrero, también en Barcelona, una multitud se manifestó en defensa de los refugiados. El lema “Volem acollir” se ha convertido en un referente para colectivos de otros países europeos (lástima que no lo sea para los gobiernos, empezando por el español).

Así es esta ciudad. Y así debería seguir siendo si es que no quiere dejar de ser Barcelona. Con sus contradicciones, como la mayoría de capitales, con dificultades para gestionar el asedio turístico, con la permanente y a veces justificada comparación con Madrid... Así es Barcelona, hoy dolida y consternada, pero abierta como pocas.

Han asesinado en las Ramblas y en Cambrils (como lo hacen a diario en Mosul), pero los ataques terroristas no pueden utilizarse como excusa para laminar una convivencia, ideológica y religiosa, que cuestionan a menudo muchos que ni tan siquiera viven aquí. Pronóstico: habrá quien desde algún escaño o quien sin contar hasta tres antes de dar al teclado alentará el temor. También los habrá que, irresponsablemente para buscar votos o lectores, mezclarán banderas con seguridad (esto no es un vaticinio). Frente a su cinismo, dignidad. Una vez más, Barcelona deberá estar por encima de las miserias políticas y de algunos altavoces mediáticos.

“No tenim por”. Ramblearemos más que nunca porque es nuestra manera de combatir el fanatismo. Lloraremos pero no nos amedrentarán.

No matan las religiones, matan las personas. Aquí y en Pakistán.