Triunfalismo, infantilismo y poco seguimiento
Después de ver los especiales y las conexiones sobre los JJOO de este fin de semana en las televisiones y sobre todo los resultados de audiencia, tengo varias conclusiones. La primera es que hay algunas ventajas de que Madrid no haya sido la ciudad elegida para celebrar los Juegos 2020, (además de por razones obvias que no voy a detallar para que no se llene este diario de ataques furibundos de los patriotas): solo escucharemos durante un tiempo corto comentarios de traición, tongo, tongo, de ha sido taannn injusto, una pena, de España es un gran país, de el profesor me tiene manía. Todo muy infantil, la verdad. Y nos ahorraremos comentarios como los que durante los días previos a la decisión en Buenos Aires tuvimos que soportar, fundamentalmente en TVE, para qué nos vamos a engañar. Vamos con algunas perlas.
1. TVE. Telediario de la primera edición. Momento información meteorológica. Se disponen a “explicar las razones climáticas por las que Madrid debe ganar los juegos”. Luego detallan los niveles de humedad que hay en Estambul y en Tokio. Sí, los Juegos serán dentro de siete años, pero es que en la cadena pública, la previsión del tiempo se hace con mucha antelación.
2. España directo. Una reportera de las dicharacheras informa desde Madrid sobre un concurso de tortillas (vamos a obviar si ese es o no un tema de interés. No estamos ahora para eso). Las cata con deleite. Y dice: “Todos los extranjeros que voten esta tortilla votarán Madrid 2020”.
3. Frases sutiles como “lo que tiene en contra Japón es lo de los terremotos”, oído a menudo en boca de contertulios de diferente pelaje, y dicho con la misma tonalidad como se podría decir “lo que tiene en contra Madrid es lo de ETA”.
4. Más frases sutiles, escuchadas en la radio: “¿Qué deportista van a mandar los japoneses si no tienen ninguno? ¿Un gordo de sumo?”. La máxima encontró su réplica inmediata en Twiter: “Londres 2012: Japón, 38 medallas de oro. España, 17”.
5. En los días previos a la decisión, los informativos de TVE incluían, día sí y día también, una pieza de Fukushima y sus estragos. Sin doble intención, ¿eh? Solo para informar, para poner en contexto.
6. Bertín Osborne, dixit: “Estos del COI son una panda de chorizos”. Súperedificante
7. En La Sexta Noche, ya después del jarro de agua helada, los tertulianos Alfonso Rojo, Eduardo Inda y Antonio Carmona (especialistas como todo el mundo sabe en JJOO) sacaron sus mejores dardos envenenados, tal y como me ha recordado el periodista Quique Peinado. Carmona llamó “sinvergüenzas” a los miembros del COI, que como todo el mundo sabe también, no lo son. Inda dijo que en España había “poca tolerancia al soborno”, no como en Turquía y Japón. Alfonso Rojo aseguró que “el pescado ya estaba vendido y la decisión, más que tomada por estos 103 facinerosos”. Tuvo que entrar Javier Gómez, presentador de deportes de La Sexta, para llamar al orden a los tertulianos, que como todo el mundo sabe, han hablado a menudo, a lo largo de su vida profesional con miembros internacionales del COI.
Mi segunda conclusión es que igual no había tanta gente interesada en el asunto Olimpiadas. El sábado, gracias a los JJOO, la 1 fue la cadena más vista en prime time, (13,8%), gracias en especial a la segunda edición del telediario, que tuvo un 16,5%, más de dos millones de espectadores, una buena cifra que no recordábamos, pero que a mí me ha parecido pobre, pobre. Sobre todo si tenemos en cuenta que el resto de las cadenas, en el momento justo en el que se abría el sobre que nos dejaba fuera en la primera votación, tampoco eclosionaron en audiencia: un 11% y un 8,7%. En total, poco más de cinco millones de españoles estaban viendo la conexión con Buenos Aires en ese momento. No más que otros sábados mondos y lirondos.
Moraleja, como decía: igual era mentira que el proyecto en sí, como concepto, interesara tanto. Igual era mentira que el 91% de los españoles estuviera a favor de que Madrid fuera la sede de los JJOO, según una encuesta de la propia candidatura. Pero ya sabemos que en esto de los porcentajes, la cosa ha sido un poco tumultuosa. 90% de las infraestructuras, 80% de las infraestructuras...
En fin, que yo esperaba que el todo España estuviera esa noche pendiente de la cadena pública (por aquello de que ante acontecimientos de relumbrón, todos vamos a TVE) pero no, el todo España, estaba repartido entre sus quehaceres. Algunos viendo la tele, otros preparándose para un casting en uno de esos programas de cocina que van a proliferar este año, otras haciendo cup cakes, que es algo que puso de moda Sexo en NY y que aún colea, otros descargándose legal o ilegalmente las series de culto americanas.
Y para concluir, una buena noticia. Para los anales de la historia televisiva, para los resúmenes que se hacen cada diez años quedará Ana Botella y su perorata en inglés (que conste que a mí me causó más dolor su puesta en escena, sus perlas tan poco televisivas, tan poco modernas, que su nivel de no inglés) y su rueda de prensa contestando a lo que no se preguntaba y poniéndose los cascos justo cuando no tocaba. Los que nos dedicamos a analizar la tele, nunca se lo agradeceremos lo bastante. Y otra buena noticia: una vez más Twitter actuó como un bálsamo ante tanta tontería, ante tanto nivel cero, ante tanta comentario chusco. Fue el contrapeso, con furia a veces, con ingenio casi siempre, necesario para que no nos ahogáramos en la necedad oficial.
Tras el chasco, los especiales que las teles tenían preparados fueron envainados, claro. La cara de desolación de los reporteros, las voces llorosas merecen otro capítulo. TVE emitió en lugar del especial la película Desde que amanece, apetece, con Arturo Fernández como protagonista. Un actor que seguro que nos habría dejado alguna perla si alguien hubiera tenido el detalle de ponerle un micro. Telecinco, por su parte, continuó con la programación que había previsto: el nuevo programa de Emma García, Abre los ojos y mira, con un reality de gordos que deben perder peso en directo. No había luchadores de sumo. Lástima, ¿no?