UE, peligro al volante

vive los momentos más críticos de su historia y, lejos de vislumbrarse soluciones, parecemos abocados a buscarle un futuro peor. Sus directrices afectan a nuestras vidas y estamos embarcados en un cachivache con serias deficiencias. Ahora toca votar sobre la conducción de este artefacto, incluso sobre su reparación, remodelación o envío al desguace. Y es difícil confiar apenas en nadie.

Los partidos tradicionales tratan de lidiar con la desafección que se han labrado, por cualquier método. Et voilà! Ahora, en España, se acaricia una coalición PP-PSOE. O no. Según el día, el viento y la hora. El candidato del PP, Miguel Arias Cañete, le abre la puerta. Han visto que “lo que está en juego es el futuro”… de sus muchas prebendas. Se une a destacados socialistas como Felipe González. La cabeza de lista de las europeas, Elena Valenciano, niega la posibilidad aunque alabe lo bien que, según ella, les va a los alemanes con un pacto similar: “los trabajadores alemanes han agradecido que los socialdemócratas se coaligaran con Merkel”, dijo. Enternecedor. Hay que salvar el bipartidismo, sus poltronas. Los insultos y críticas al colega, los desmentidos y apoyos, son para darle salsa a la campaña y ocupar los medios. Sorprende que se sigan planteando una estrategia tan clara de timo y permanencia, cuando es evidente que ven la pata del lobo aposentada encima de la mesa. Lo peor para nosotros es que la vitalidad del lobo español tampoco aparece muy boyante. Y que en el conjunto de Europa, el lobo del cambio tiene alimañas peligrosas con las que rivalizar.

Se habían sentado las bases de una mayor democracia en –ya les ha costado- pero en el momento actual las amenazas se disparan. Por primera vez después de más de medio siglo de historia, la votación del día 25 decide –además de al Parlamento- el presidente de , del gobierno, el sustituto de Barroso. En la práctica quienes mandan en Bruselas son los jefes de gobierno de los países, el Consejo Europeo, y más en la práctica todavía… Angela Merkel y los bancos alemanes, sin más. Poco qué hacer si no se cambia esa dinámica.

No es lo mismo el candidato del PPE, el luxemburgués Jean Claude Juncker (candidato elegido por Merkel), que el socialdemócrata alemán Martin Schulz. Éste lucha por algunos cambios dentro del que han decidido sistema inamovible de la austeridad y la libertad… de lucro. Y así, Europa se dispone a votar neoliberalismo Merkel en sus distintas versiones y euroescepticismo ultraderechista, cada vez más agresivo y extenso. El más sombrío de los panoramas. A quienes mandan allá les parece que con solventar sus negocios la UE marcha, pero una sociedad con estos mimbres pone los pelos de punta y aboca a un tenebroso porvenir.

Las esperanzas de la izquierda apenas se sitúan en griega de Alexis Tsipras. Un país demasiado pequeño y truncado. Difícilmente la maquinaria neoliberal europea le dejará prosperar como ya hizo en las elecciones nacionales, acusando a la coalición de radical y casi demoníaca. Pero Syriza se abre paso a pesar de todo. A los griegos no les va nada bien con la coalición derecha/socialdemocracia que les gobierna. Y, medio muertos, con el nazismo en la calle, parece que por fin van a intentar salir de la rueda que les trajo tanta desgracia.

Desde hace algún tiempo, tengo la sensación de que viajamos en un coche en marcha gravemente averiado. No podemos detenerlo para efectuar reparaciones porque parar es morir. Hemos de seguir a bordo aunque los gases tóxicos, la inanición, la enfermedad, el desvalijamiento de nuestras pertenencias, nos estén destrozando la vida. Europa se hunde en el concierto mundial por las erráticas políticas seguidas. Y, en España, el PP al volante nos ha llevado a la ruina social, tras graves cesiones del PSOE. Aunque sin llegar entonces a estos extremos, lejos de reparar averías, el gobierno socialista pisó el acelerador e invadió el carril derecho arrollando a muchos de sus votantes que no se lo perdonan. Ahora nos dicen que quieren guiarnos juntos. O no. Toménselo en serio, mucha gente está sufriendo.

¿Podrá IU llevar las riendas? ¿Con sus contradicciones eternas que no ha subsanado? Merece una oportunidad que ojala aproveche. Al punto de expulsar a los chóferes nefastos de PP y PSOE, no parece. UPyD es echar más gasolina. A los asientos, no al motor. Preocupa la evolución de otros populismos, aunque representen saludable savia nueva. Personalmente encuentro una apuesta positiva en la energía limpia, europea. En la línea de abrir brechas al bunker. Una pena que las izquierdas no hayan sabido aunarse. Para no perder la costumbre.

Pero es que el vehículo que nos lleva a todos va sin frenos. El abismo ya lo hemos saltado varias veces y nos quedan muchas más cabriolas, muchos más destrozos por pasar. Imaginemos ese escenario europeo con Merkel, Marine Le Pen y afines, y el antieuropeísmo dentro de las instituciones. Imaginemos, en España, avalar las atrocidades cometidas por el PP y el suicidio programado del PSOE. Casi cualquier otro candidato ofrece mayores expectativas de algún cambio de tendencia. Pero nos ponen muy difícil decidir a quién votar. Apenas esperamos nada, salvo los adeptos muy convencidos. Ilusión, poca en general.

Ahora bien, lo último es quedarse en casa. Quienes engrasan la apisonadora sí acudirán a votar y les habremos entregado nuestra oportunidad. La abstención consolida el bipartidismo. Seguirá todo tal como lo han planeado.

Lo cierto es que todavía no se han introducido las papeletas en las urnas. Todavía es posible cualquier cosa, cualquier cambio. El coche va sin frenos, con los conductores ebrios de cinismo brindado por su futuro ¿Cuándo comprenderemos que nadie puede labrar el nuestro salvo nosotros mismos? ¿Cuándo elegiremos llevar las riendas y salir de este caos?