El último europeo
1. La deriva
El barco europeo naufraga en manos de mercachifles que han expulsado los valores de concordia, justicia y sostenibilidad de su praxis política más básica. Tras agotar los vientos que soplaron finalizada la nefanda Segunda Guerra Mundial que clamaban por la construcción de puentes, y demolido el dique soviético, el gran poder económico abordó las esferas políticas, sumiéndonos en una deriva mercantilista sin precedentes, que ha provocado este vendaval económico y esta desazón ciudadana generalizada.
Quebrantadas las identiades, Europa se convirtió en una aplicación multimarca que premiaba a aquellos que más consumían. Años de voraz capitalismo popular que dieron alas en nuestro país a la desmesura del alicatado patrio, educándonos en valores tan pragmáticos e inmediatistas como competitivos y caníbales.
Mal barco esta Europa. Mal barco... siendo el único. Acaba de presentarse el libro El último europeo, editado por la combativa editorial La oveja roja, y escrito por cuatro autores tan jóvenes como brillantes. Ángel Ferrero, József Böröcz, Corina Tulbure y Roger Suso muestran de manera clara y rigurosa algunos de los frutos más oscuros y mejor cultivados por la Cofradía de los Mercaderes que gobierna Europa.
Para estos autores, el resultado más hiriente de este “mercado de demolición” en Europa se expresa en sus políticas de marcado talante invasor. Todavía recuerdo aquella sentencia descerrajada en 2003 por Ana Palacio, siendo ministra con Aznar, cuando refiriéndose a la Guerra del Golfo no pestañeó al decir que “las bolsas han subido y el petróleo ha bajado. Ya los ciudadanos pagan unos céntimos menos por la gasolina y el gasóleo”. Europa moderna, geopolítica de mercado y transfusiones forzadas.
Otra clave para comprender el legado del mercantilismo y que se muestra en este volumen a través de una inapelable factura argumental, es aquella que hace referencia a la xenofobia, a los ciudadanos europeos expulsados de diferentes países europeos. En el libro se presenta un estudio de caso, a propósito del trato recibido por los gitanos rumanos, que ejemplifica la inhumanidad que corroe la nave europea. La persecución de personas que dentro de un mismo proyecto fundacional son consideradas puro despojo a depurar.
Y finalmente, desprendiéndose como una astilla armada de odio, la consecuencia lógica de los valores más insolidarios emergiendo en un contexto inducido de escasez: la extrema derecha. Roger Suso analiza laboriosamente, país por país, la emersión más violenta y reaccionaria de una Europa desnortada en un ensimismamiento bulímico de recursos y derechos. Pero, además, establece cómo el proceso de pérdida de derechos sociales y económicos es imprescindible para que los fantasmas del pasado recorran Europa con carne nueva.
2. Faros y tablas de náufragos
Mal barco Europa. Mal barco... siendo el único. Por ello, se hace imprescindible abordar la labor, ingente, de crear un vínculo europeo de corresponsabilidad ciudadana, que inicialmente limite los daños provocados y paralelamente se lance a una ofensiva que profundice y preserve una idea de Europa basada en los puentes y no en las islas, en las ventanas abiertas, y no en los muros crucificados por concertinas.
En una situación de crisis global, como la que padecemos, se hace imprescindible arrumbar las herramientas que han sido cómplices de este momento. Ánimo, la nueva carta esférica o el naufragio nos esperan.