La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Vaginas o mujeres

Muchas veces, las personas feministas, ante la protesta de que no hay suficientes mujeres en los órganos de poder, nos encontramos con la típica réplica machista: “Pero, ¿qué prefieres: mujeres en el poder o los mejores en el poder?”. El falso dilema de siempre que no se cansan de plantearte y que lleva implícito un “o los mejores o mujeres, todo no se puede”. Como si hubiera que elegir, como si fuera inconcebible que haya tantas mujeres buenas como para que formen el 50% de nada.

También es muy corriente encontrarte con otro tipo de respuesta para negar que el mundo necesite mujeres: “Sí, fíjate de lo que sirven Esperanza Aguirre o Angela Merkel”. Al machismo le encanta ponerlas de ejemplos de que tu lucha feminista es una lucha estéril, de que no sirve de nada, de que te rindas ya, tía, que eres muy pesada.

No se hagan líos, las personas feministas seguimos queriendo mujeres en los órganos de poder, queremos mujeres tomando decisiones en empresas y en el Gobierno, pero queremos mujeres, no queremos personas con vagina sentadas en escaños que juegan al juego del patriarcado con las cartas y reglas del patriarcado, y que encima se vanaglorian de que son mujeres en un mundo de hombres. No necesitamos vaginas en los órganos de poder, necesitamos mujeres que irrumpan en un mundo hecho de hombres para los hombres y que cambien las reglas, que no se sometan, que no aplaudan la prohibición del aborto, que no agachen la cabeza cuando una Iglesia misógina dicte una ley educativa, que se nieguen a compartir partido con hombres que dicen que las leyes son como las mujeres, que están para violarlas o que hay mujeres que se arrancan la falda y el sujetador en un ascensor sólo para buscarle la ruina a un hombre.

¿De qué nos sirve a las mujeres que buscamos la igualdad una Esperanza Aguirre presidiendo un partido que niega el derecho a decidir de las mujeres? ¿O de qué nos sirve una Ana Mato negándole la fecundación in vitro a lesbianas porque “la falta de varón no es un problema médico”? ¿De qué me sirven a mí, como feminista, estas personas en el poder? Yo no quiero vaginas, quiero mujeres y sororidad.

Los liderazgos femeninos que han irrumpido en estas elecciones municipales pueden significar mucho... pueden significarlo todo, de hecho. Manuela Carmena, Ada Colau y Mónica Oltra no sólo pueden ser el principio del fin de la impunidad de la corrupción y de la destrucción del Estado del bienestar, sino que pueden ser el comienzo de un empoderamiento de la mujer y del feminismo sin precedentes en la breve historia de la democracia de este país. Yo, como mujer y feminista, no espero otra cosa que una lucha sin descanso de estas mujeres (y de todas las mujeres de cada uno de estos partidos), contra el patriarcado y el machismo institucional. Para ello han tenido mi voto y tienen mi confianza.

Desde este rincón les mando fuerza porque, sin duda, la van a necesitar.