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Si vamos a elecciones: “Por favor, vota lo mismo”

No entiendo nada. Confieso que me he perdido en la trama de esta serie, y lejos de parecerme un reto continuar para saber por dónde y cómo se resuelve, me dan ganas de dejarla. El problema es que no estamos en una plataforma de contenidos audiovisuales, y ese guion es lo que está pasando ahora en España. Tres meses después de las elecciones… Tres meses después y tras la fallida investidura, ahora el no-candidato a la presidencia dice que se reúne con representantes de la sociedad civil. ¿No le había quedado claro ya el mensaje en las urnas?

Sé que no soy la única que no acaba de entenderlo. Lo dice el CIS: la población española ve la política como un problema. No como la llave que los resolverá, sino un problema per se. Y eso que la encuesta se hizo antes de las sesiones de investidura, donde el candidato a la presidencia se dirigió a los que había derrotado en las urnas, y no al que consideraba “socio prioritario”. Es de locos. Nos piden que votemos para pararlos, y en el primer discurso ante la cámara les ruega su ayuda como si estuviera en peligro mortal. No se entiende.

No entiendo que las izquierdas sufran en España una endémica falta de entendimiento y de proyecto común. Y mira que ahora está clarísimo ese objetivo común tras el desastre de la gestión de la crisis financiera y las desigualdades e injusticias que ha generado entre las clases medias y trabajadoras. Si ahora no os ponéis de acuerdo, no volváis a pedirnos el voto. Si ahora existía la posibilidad de revertir políticas escandalosamente vendidas a los mercados y la especulación, de recuperar cierta justicia social y no lo hacéis, estáis perdiendo el norte. Lo digo sin personalizar en partidos ni líderes. Mirad lo que ha pasado en Madrid.

Ha dicho José Luis Ábalos en la SER que “algunos políticos viven en una burbuja, en una absoluta endogamia”. No era una autocrítica. Pretendía ser un ataque a los otros que no atienden a razones para darles el apoyo para gobernar, sin más. Por el bien de España, por el bien común. ¿Lo entienden? Yo tampoco.

Entiendo que hay dos líderes en la izquierda. Uno que llegó desde las plazas liderando la ilusión de la gente maltratada por la política de los recortes. Y el otro llegó conduciendo su coche, después de recorrer toda España y escuchar a esas bases, obedientes, pero molestas desde hace tiempo por la caída de la O en las siglas del partido. Fue una bonita lección a quienes desde la cúpula le habían dado la patada. En los dos casos, un buen ejemplo de conexión entre la política y los ciudadanos.

Lo único que entiendo de todo lo que está pasando, es que ya no miran ni escuchan la calle. El tacticismo les pierde. El relato falso de las redes y los shows televisivos impera por encima de todo.

El único relato que deberían atender es el que refleja también la encuesta de El País. La inmensa mayoría de los votantes de izquierdas no quiere volver a elecciones. Y si el showrunner de Moncloa insiste en que la trama se teje volviendo a votar… ¿Qué pasará si se pierde esa mayoría? O ¿qué harían si votamos lo mismo? En la anterior campaña electoral un mensaje recorría las redes apelando a la movilización: “Por favor, vota”. Ahora, como me sugiere una compañera, debería ser la consigna “Por favor, vota lo mismo”. A ver si así se enteran.