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La velocidad de la luz

En El show de Truman, la conocida película de Peter Weir, se plantea una distopía que anuncia el imperio mediático del reality show: la vida en directo. Entendido de otra manera, la transparencia total.

La cámara, en la película, puede llegar hasta los momentos más íntimos como intenta hacerlo la telerrealidad. Aquí, en España, se demuestra a diario que se puede llegar a la alcoba de una famosa o famoso por relación, a los correos íntimos de Iñaki Urdangarín, los whatsapps del presidente Mariano Rajoy [«Luis, sé fuerte»] o de la reina Letizia [«Un beso, compi yogui»].

Lo mismo ocurre con el flujo de datos que proporcionó Julian Assange desde su sitio, WikiLeaks, la torrencial información de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) que proporcionó Edward Snowden o el reciente aporte de los Panama Papers que publicó el periódico alemán Sueddeutsche Zeitung.

Los «papeles» de Panamá suman más de once millones y medio de documentos que implican a una cantidad torrencial de personajes públicos entre los que se cuentan el primer ministro James Cameron, el presidente argentino Mauricio Macri y en España, entre otros, el exministro José Manuel Soria.

Este diario ha publicado la evolución de las portadas de los principales periódicos españoles en el tratamiento de la información vinculada a Soria. Es notable como va se va configurando el espacio otorgado al caso según el sesgo ideológico y la posición empresarial de cada medio. En las portadas de este viernes la mancha naranja con la cual se resalta la dimensión de la cobertura ocupa casi la totalidad de las primeras planas, situación inversa a la planteada al comenzar la semana. ¿Esta última, casi vacía de contenidos sobre el tema, será la que veamos dentro de unos días hasta que la información se difumine del todo? No es probable: es seguro. Soria se volverá transparente en virtud del efecto de la transparencia.

La hiperexposición de casos de corrupción como de todo tipo de intimidad ha cambiado un paradigma, el de la luz: las cosas ya no desparecen en la oscuridad sino en el exceso de iluminación. Tal vez el caso de Bill Clinton sea el antecedente más gráfico: hizo falta exhibir una prenda manchada de Monica Lewinsky para demostrar que en el Despacho Oval el expresidente y la becaria no habían mantenido contacto sexual. Es célebre la declaración de Clinton en la que se aferra a una definición de las relaciones sexuales que incluyen dar sexo oral pero excluyen recibirlo. El juez lo vio claro y lo exculpó: cuanta más luz, más oscuridad.

La luz oscurece tanto el caso de Soria como, por ejemplo, el de la infanta Cristina.

Se acumulan ante los focos los papeles que implican al exministro y la transparencia del caso Nóos nos encandila ahora con una posible extorsión al entorno de la Casa Real para retirar la acusación con la que Manos Limpias sentó en el banquillo a Cristina de Borbón.

Amador Fernández-Savater reflexiona en este diario sobre la tiranía de la transparencia a partir de la lectura de La hipótesis cibernética (Acuarela Libros), del autor colectivo Tiqqun. La hipótesis cibernética se contrapone a la razón de la Ilustración, explica Fernández-Sabater, en la medida que este cambio de paradigma la diluye: el control de la información disuelve a la razón y con ella, la posibilidad de construir sentido.

La construcción de sentido es lenta, por ese motivo la política también lo es. La información fluye rauda y sin pausa pero su conversión en respuestas no puede actuar a una velocidad similar: reclama tiempo.

Transparencia y verdad no son idénticas, afirma el filósofo Byung-Chul Han (La sociedad de la transparencia, Herder). La acumulación de información, la sucesión infinita de datos, la narración exhaustiva de cada movimiento de caja o la exhibición completa de un sumario no aclara las cosas: las enturbia en la medida que esos datos no son analizados en función de un sentido: atender la obsolecencia de un sistema, la disfunción de una democracia en funciones. Dice Ham: «La hiperinformación y la hipercomunicación dan testimonio de la falta de verdad».

Junto a Assange y Snowden, el periodista rumano Paul Radu, director del Organized Crime and Corruption Reporting Project, es uno de los más tenaces investigadores del delito global. Radu ya denunciaba en 2014 el rol de Panamá para encubrir empresas falsas con el fin de blanquear capitales. En una charla que dio para TED en Bucarest, menciona esta situación y hace hincapié, una vez más, en el hecho de que tomemos todos un rol activo en esta tarea y no nos resignemos a mirar encandilados el flujo de datos a la velocidad de la luz.

Así como Truman, al final de la película, abre una puerta y sale del set para entrar en la vida, deberíamos ejecutar algo similar actualizando ese gesto. No se trata de salir de la red; al contrario, es necesario entrar en ella de manera activa. Pasar del «Me gusta», un gesto compulsivo y veloz como el consumo, al “Me lo pienso”, una actitud reflexiva y lenta.