Hay quien considera absurdo y hasta risible que la clase trabajadora vote a la derecha, más aún a la extrema derecha. Los politólogos consultados por este medio, sin embargo, disienten de esa opinión. En nuestro contexto actual, una persona de economía discreta se vería sin duda beneficiada en su día a día por una agenda gubernamental de carácter ultra. Aunque hay muchos motivos para afirmar esto, detallamos aquí los diez que consideramos más relevantes.
Uno. Con la ultraderecha en el poder, habrá muchas más banderas por las calles, lo que permitirá al menesteroso usarlas como mantas cuando se quede sin casa. Esto, además de evitar numerosas hipotermias en el periodo invernal, llenará nuestras ciudades de patriotas bultitos rojigualdas.
Dos. Todos los inmigrantes sin papeles serán expulsados del país, empezando por los marrones. Más allá de la tan preciada uniformidad cromática que esto aportará a nuestros centros comerciales, sus trabajos, esos que nadie quiere hacer a cambio de una miseria pagada en dinero negro, volverán por fin a manos nacionales.
Tres. Cualquier hombre podrá acceder a un cargo público de altura aunque haya pegado o insultado a su mujer. Para que esto sea posible, eso sí, la violencia deberá ejercerse durante el proceso de divorcio porque, con tanto abogado y tanto papeleo, la mente se nubla y un desliz lo tiene cualquiera.
Cuatro. No se impondrá el catalán ni el euskera en ningún colegio de Madrid ni de ninguna otra comunidad autónoma de las normales.
Cinco. Se podrán hacer chistes de maricones con total ¡libertad! y en cualquier contexto, pudiendo incluir también en las chanzas a cojos, gangosos, gitanos y otros colectivos privilegiados por la Agenda 2030.
Seis. Todo ciudadano podrá tomarse una consumición en una terraza a las cuatro de la madrugada, lo que dará a los vecinos de la zona la ¡libertad! para elegir entre somnífero o tapones.
Siete. Se eliminarán de nuestras ciudades esos vestigios de salvajismo llamados árboles que solo sirven para que las ONG pongan el cazo.
Ocho. Dios dará a los españoles el precioso don de hacerles abuelos en caso de que violen a sus hijas. Esto, que no será optativo porque la vida es un regalo, solventará el problema del envejecimiento poblacional al tiempo que otorga a la familia un papel protagonista en nuestra sociedad.
Nueve. Parte de los impuestos irán a la defensa de la tauromaquia, evitando así la extinción de esas hermosas criaturas astadas tan representativas de nuestra idiosincrasia.
Diez. La tuberculosis no es tan grave si te la pillan a tiempo.