Vuelve el trío de Colón... con Ayuso
El domingo volverá a reunirse el Trío de Colón. Vox, PP y Ciudadanos han confirmado su apoyo oficial a la convocatoria contra la previsible concesión de indultos a los presos independentistas catalanes. La concentración en la clásica plaza madrileña mantiene una larga tradición de manifestaciones de la derecha contra los diferentes gobiernos de izquierda que han existido durante la democracia.
La última de ellas tuvo lugar en febrero de 2019. Según las cifras de la Delegación del Gobierno, acudieron menos de 50.000 ciudadanos. Pese a la baja asistencia, en términos de comunicación política, la foto de todas las derechas, hombro con hombro, se convirtió en una de las imágenes emblemáticas de nuestra historia reciente. Este año, Isabel Díaz Ayuso aspira a coronarse como la estrella central del evento, muy a pesar de todos los demás, incluido Pablo Casado.
Pablo Casado en el centro de atención
De nuevo la atención mediática va a estar más centrada en los dirigentes políticos presentes que en el número de asistentes. Cada uno de los tres partidos que van a secundar la protesta va a asistir en unas circunstancias bien diferentes. A día de hoy, podemos establecer cómo van a entrar en la plaza los distintos líderes. También sabemos ya la voluntaria ausencia ya anunciada por otros nombres muy significativos. Según el vicepresidente de Llorente y Cuenca, Joan Navarro, “va a haber claramente una menor movilización y una menor sensación de unidad. No acabo de entender qué quieren sacar de este evento”. Lo trascendente va a estar centrado en observar las consecuencias que puedan derivarse de lo que allí suceda.
Sin lugar a dudas, el líder del Partido Popular Pablo Casado va a ser una de las figuras que va a despertar mayor atención. Después de que en octubre del año pasado protagonizara el famoso discurso en la moción de censura de Vox en el que se desmarcaba con contundencia de la ultraderecha, esta va a ser la primera ocasión en la que vuelvan a coincidir públicamente en un acto político conjunto. Si en aquella ocasión, Casado interpuso una clara barrera entre el PP y Vox, este domingo parece que producirá una inevitable imagen de reunificación.
La importancia de las ausencias
En realidad, Pablo Casado se enfrenta a diferentes problemas este domingo de forma simultánea. Lo más complejo es que, además, unos son antagónicos de otros y son casi imposibles de solventar a la vez. El primero de ellos tiene que ver con cómo redefinir su posición respecto a Vox. Parece que no está prevista una nueva foto conjunta con Santiago Abascal en el escenario, pero el grado de proximidad que muestren tendrá gran importancia. Así lo analiza la presidenta de la ACOP, Verónica Fumanal: “En mi opinión, la simple presencia de los tres partidos va a hacer que sea muy difícil diferenciar cada uno de los posicionamientos. Ya sabemos que la comunicación política es de trazo gordo y las discrepancias que puedan plantear el PP y Ciudadanos en cuanto a esa foto van a quedar reducidas a una cosa más interna que externa”.
Un segundo aspecto determinante será la larga lista de significativos líderes populares que no van a estar presentes. Algunos de ellos, han querido dejar constancia pública de que su ausencia se debe a su disconformidad con la revitalización del Trío de Colón. Ni siquiera han hecho esfuerzo alguno por buscar una coartada que justifique su negativa a participar. Es evidente que supone un desplante a la decisión de Pablo Casado de vincular al partido con una convocatoria tan cargada de simbolismo.
Ayuso y su carrera electoral
Quizá no se le ha prestado quizá suficiente atención al otro frente, a los de los dirigentes populares que sí que van a estar presentes a cara descubierta. De todos ellos, la figura más relevante va a ser sin duda la de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña va a ser una de las estrellas de la jornada. “Se ha estado reservando con mucha habilidad después de las elecciones para no sobreactuar, al contrario que Casado que las ha reinterpretado en una clave de excesiva euforia. Va a ser la absoluta protagonista”, añade Navarro. Esta semana ha decidido volver a la acción de forma planificada y estratégica. Primero con su aparición en Telecinco de la mano de Bertín Osborne.
El domingo aspira a que sea su gran día. Ayuso disfrutará con seguridad de un extendido baño de masas. Va a ser su primer acto tumultuario tras su victoria electoral. Ya ha declarado que no tendrá problema en acercarse y fotografiarse con Vox. Cabe la posibilidad de que esta concentración sea el primer acto de campaña de Ayuso en su carrera por desplazar a Casado al frente del PP. Según Fumanal, “el aplausómetro podría evidenciar que el Partido Popular en estos momentos tiene un liderazgo ejecutivo y un liderazgo efectivo desde el punto de vista social que es el de Ayuso y Almeida”.
No parece imaginable que la presidenta madrileña y su asesor de cabecera, Miguel Ángel Rodríguez, vayan a aceptar esperar más de seis años a tener la posibilidad de competir por llegar a la Moncloa. Este domingo puede empezar a visualizarse. Si Díaz Ayuso decide buscar asumir un mayor protagonismo, en lugar de limitarse a secundar a su líder Pablo Casado, podrá interpretarse que tiene decidido iniciar su propia campaña individual.
Vox y su único problema
Vox tiene poco que perder en esta ocasión. En realidad, es como si jugara en casa un partido decisivo. Nada tendría por qué salirle mal. Cuanto más encendidos estén los ánimos, mejor será para sus intereses. Cuanto más exaltado esté el ambiente, más se refuerzan sus postulados. Respecto al PP, casi con seguridad, Abascal y los suyos disfrutarán de ver a Casado intentando eludir un encuentro demasiado afectuoso.
Solo tienen una amenaza seria ante sí y no es pequeña. Se llama Isabel Díaz Ayuso. Si la líder popular asume un papel demasiado relevante y se convierte en la reina del festejo, Vox puede empezar a preocuparse de que su territorio electoral puede empezar a verse invadido.
Ciudadanos repite su peor camino
Por último, es muy difícil de valorar la presencia de Ciudadanos en la manifestación. Inés Arrimadas ni siquiera quiso estar presente en la foto de Colón. Ahora, por el contrario, le toca encabezar la representación de un partido que camina con paso firme en busca de su desaparición. No resulta fácil encontrar un solo argumento a favor de su presencia que solo parece contribuir a favorecer su imagen de formación diluida ante la presencia del PP y Vox. “No acudir tenía un coste, pero acudir tiene un coste altísimo. Está luchando por mantener una cuota de escena pública… Nada más”, concluye Joan Navarro. Muchos analistas consideran que la asistencia de Albert Rivera en 2019 marcó el declive de su partido hacia la irrelevancia. Habrá que ver el impacto que tiene la presencia de Arrimadas en esta ocasión.
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