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Las agencias de viajes, un sector marginado en las ayudas, ¿o no?

Joaquim Verges Escuin

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Los que vivimos del sector agencias de viajes, nos encontramos desde el pasado mes de marzo en una situación que podemos calificar, por lo menos, de desesperante. El cierre de la movilidad que hizo prácticamente imposible los viajes, con el consecuente impacto económico en la actividad, unido a la obligatoriedad, por ley, de la devolución de los importes aportados como pagos a cuenta o de la totalidad del viaje cancelado, ha puesto contra la pared a un sector, que se considera olvidado en cuanto a ayudas.

Las cifras que se esgrimen son de 70.000 puestos de trabajo en peligro que afectarían a 250.000 personas. ¿Ha habido ayudas? Desde las plataformas se dice que no, en cuanto a ayudas de forma directa. Mi opinión es que sí, desde el momento en que la gran mayoría de las agencias de viaje son empresas muy pequeñas, con pocos empleados, en las que los propietarios son autónomos y esos autónomos por primera vez en la historia de España, han recibido ayudas, no concretando en el sector agencias de viajes, pero para los autónomos en general y los empleados han podido pasar al ERTE o al paro. La continuidad de esas ayudas en el futuro, así como los ERTES habrá que verlas y valorarlas, pero en principio siguen en pie.

El sector se sublevó en su día, cuando el ministro Garzón indicó que el turismo (tengamos en cuenta, que en la agencia de viajes no se considera actividad turística el bar de al lado, mientras que al estar registrado como hostelería, si forma parte de la estructura turística) no generaba valor añadido. En el caso de las agencias de viaje, ese es un tema clave.

¿Se genera o no valor añadido? Teniendo en cuenta que el precio final del viaje viene determinado por el operador o mayorista, que en la mayoría de ocasiones, compra el producto ya elaborado a los receptivos extranjeros, pues un porcentaje muy grande de la venta es en viajes al extranjero (el producto nacional se puede considerar residual de acuerdo con las cifras porcentuales) quien determina el precio y el margen es el vendedor extranjero. El Operador español fija un precio final con un margen operativo que deberá repartir con la agencia vendedora.

Ese valor añadido es relativamente pequeño y a repartir entre varios. Consecuencia, la mayor parte del importe va a ir al extranjero por la compra, y en algunos casos por ser algunas (no todas, naturalmente) de las operadoras, sociedades de capital extranjero.

Ante esta situación, entiendo que por parte de quienes tienen que tomar decisiones, sitúen las prioridades del sector en el mundo de los autónomos y no hayan dado pasos en favor del sector de las agencias de viajes.

Sin embargo, lo que resulta extraño y produce muy mala sensación es que se salve a una empresa o al grupo empresarial al que pertenece, cuando es vox populi desde hace tiempo, la mala situación económica de la empresa y del grupo, Globalia. Y el agravante que hace más incómoda la situación, es el hecho de que la familia propietaria de ese Grupo, lo descapitalizó a primeros de año, con un dividendo extraordinario, llevándose toda la liquidez existente y ahora es el gobierno español la que a través del SEPI lo tiene que reflotar.

Si ya en su momento con Javier Gómez Navarro al frente del Ministerio de Turismo se reflotó Viajes Marsans (de la que el propio Gómez Navarro había sido director general) y luego se cedió al capital privado, pasando a ser una empresa en la que hubo de todo (competencia desleal entre otras muchas cosas) hasta su quiebra, algo que el sector no olvida, el que se haga esta incorporación al SEPI de Viajes Halcón, una de las grandes beneficiadas del programa Imserso que pagamos todos los españoles para beneficio de los jubilados y el mantenimiento de las estructuras hoteleras, mientras los contratantes se llevan dinero a espuertas con dicho programa, no puede tener una buena acogida, en ese sector que se ve aislado.

No estaría de más que alguien tomara la palabra y hablara con las asociaciones de agencias de viajes. La propia ministra Sra. Maroto tuvo la oportunidad de hablar de la realidad en una entrevista televisada hace unos días. No tuvo la delicadeza de remitir a la realidad objetiva de las ayudas habidas al sector de viajes, pudiéndolo hacer y no lo hizo, levantando todas las críticas del mundo en el sector, que se considera (se puede ver en sus carteles) en pie de guerra. Y entiendo que las asociaciones de agencias deberían hacerlo mucho mejor y evitar la actual guerra de guerrillas, en las que cualquiera convoca una manifestación a la que lógicamente se apuntan todos los desesperados.

Me dejé un tema importante. Las agencias de viajes para el desarrollo de su actividad tienen que presentar por ley, una póliza de caución por importes importantes. El hecho de que los proveedores no hayan devuelto los importes depositados como pagos parciales o totales de servicios sería suficiente como para que esas empresas de caución tuvieran que actuar y ser ellas las que adelantaran ese dinero. Nadie, ni a nivel oficial ni a nivel de las agencias de viajes, han dado un solo paso en ese sentido. Todavía no lo entiendo y me gustaría que desde un sector, el público o desde el privado, asociaciones de agencias, me lo explicaran.

Los que vivimos del sector agencias de viajes, nos encontramos desde el pasado mes de marzo en una situación que podemos calificar, por lo menos, de desesperante. El cierre de la movilidad que hizo prácticamente imposible los viajes, con el consecuente impacto económico en la actividad, unido a la obligatoriedad, por ley, de la devolución de los importes aportados como pagos a cuenta o de la totalidad del viaje cancelado, ha puesto contra la pared a un sector, que se considera olvidado en cuanto a ayudas.

Las cifras que se esgrimen son de 70.000 puestos de trabajo en peligro que afectarían a 250.000 personas. ¿Ha habido ayudas? Desde las plataformas se dice que no, en cuanto a ayudas de forma directa. Mi opinión es que sí, desde el momento en que la gran mayoría de las agencias de viaje son empresas muy pequeñas, con pocos empleados, en las que los propietarios son autónomos y esos autónomos por primera vez en la historia de España, han recibido ayudas, no concretando en el sector agencias de viajes, pero para los autónomos en general y los empleados han podido pasar al ERTE o al paro. La continuidad de esas ayudas en el futuro, así como los ERTES habrá que verlas y valorarlas, pero en principio siguen en pie.